capitulo 17

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Desconocido.

La sangre cae entre mis dedos, hace resbalar el arma en mis manos, juego con la punta del cuchillo de forma despreocupada escuchando los pequeños sollozos que mi víctima suelta.

Su pecho está con la respiración acelerada, varios mechones de cabello negro y púrpura caen en su rostro marcado y lleno de sangre.

Sonrió al ver mi obra maestra, es tan extremadamente cautivador y excitante ver como cada parte de si, se rompe poco a poco, estoy poniendo a prueba varios métodos de tortura con ella y debo decir que es toda una campeona, los ha soportado.

- Porfavor, porfavor déjame ir - súplica mientras tiembla en su lugar con las rodillas pegadas al pecho y el rostro perfilado oculto entre sus delicadas manos.

La observó y ladeo la cabeza con una expresión de indiferencia.

Enserio creé que saldrá viva de aquí.

Está libre, sin cuerdas en sus manos, la he adiestrado, no se escapará por mucho que su cuerpo le intente advertir sobre mí, su mente ya se rindió desde que le clave aquel cuchillo sin ningún problema en el estómago.

Se desmayó por varias horas, la curé y comencé a susurrar en su oído, su mente poco lúcida comenzó a levantar muros mentales para protegerla del dolor agonizante, la curé, cosí su herida y la dejé como si nunca hubiera pasado nada.

Despertó en su habitación sin saber que era real, si la herida o el hecho de que su captor le hubiera dado alas para volver a volar.

- Puedes irte cuando quieras, solo debes tener el valor para hacerlo - la reto con la mirada, la tranquilidad que expresan mis facciones en estos momentos, le da a entender que hablo enserio.

Necesito saber sí está funcionando, la primera vez intento huir al ver su propia herida, pero al salir de su casa sin decirle a sus padres, me observó, solo basto un gesto.

La mente humana es complicada, cuando estamos en shock nuestro propio cerebro nos oculta la desagradable verdad, necesito entrar a su mente por completo.

Al menos está chica entendió a la primera, cruzo desde su propia casa y vino hacía mí, regresó sin exigirle nada, mi simple presencia la hizo entender como serían las cosas.

- Porfavor porfavor - sigue suplicando, ruedo los ojos por instinto.

Me giró y camino hasta el escritorio con las manos manchadas de sangre.

Su cuerpo tiene una herida en el costado de su hombro izquierdo, la sangre brota de la herida, en cualquier momento podría morir, pero ella morirá por sí misma.

La herida en su hombro es la prueba de lo que puedo lograr al ingerir pánico,miedo y terror.

Pero el juego se vuelve aburrido cuando hago caer sus defensa y comienza a satisfacer poco a poco todo lo que se le ordena.

- Me estoy aburriendo - le digo con una sonrisa mientras las lágrimas caen por su rostro- ¿Quieres tu libertad?.

Se mantiene en silencio hasta que conecta su mirada con la mía en un vano intento de crear remordimiento, culpa o algo en mí interior, pero no funciona.

Ruedo los ojos desesperadamente al recordar que el sentimiento de hacer daño y la sangre es tan satisfactorio como crear dolor mental a tu víctima.

- No escaparé, volveré lo prometo- asegura en un susurró - Déjame ver a mi familia una última vez, porfavor amo.

No puedo negar que he hecho un trabajo estupendo, me llena el pecho de orgullo al ver todo lo que está dispuesta a hacer para tener un momento más con un ser querido.

- Puedes irte - le hago un gesto con la mano, pero sigue en el suelo en señal de sumisión.

- No porfavor, no me mates - chilla como una niña desconsolada.

Camino hasta ella y recorro su mejilla con los dedos ensangrentados de su propia sangre.

- Vete de una vez Beute - espera una caricia íntima de mi parte.

Es la forma sumisa de querer mi perdón por cualquier acción que intente hacer.

- T-ú - la voz le tiembla ligeramente -¿ Me amaste?

«Beute» - Presa.

Casi sonrió con indiferencia, pero su pregunta me deja con ganas de reírme durante una semana.

¿Amar?

Ese sentimiento jamás ha existido en mí, no cuando asesine siendo solo un niño, cuando masacre a mi propia familia solo porque me aburría.

Esa capacidad no existe en mí mente.

Toda la mierda que tengo dentro es todo lo opuesto, solo que las presas deben ser cautivadas con algo más que solo miedo.

«afecto amoroso»

Me alejo de ella dejándola libre, no contesto, ella se alza como puedo sujetando su herida con pequeños sollozos.

- Yo sí te perdonó amo, sé que me amas- es lo último que dice antes de caminar como puede lejos de mí.

Cuando alzó la vista veo como comienza a correr, su propio miedo la traiciona ante mis ojos.

«Es una lástima»

¡Quería jugar un poco más!

- Lo siento Beute, pero necesito llamar la atención de cierta Diosa con ojos azules - digo en un susurró.

Camino por el bosque, no fue un impedimento llegar hasta ella.

Lo último qué se escuchan son sus gritos de terror y mi rostro cubierto de su exquisita sangre.

--Entkomme mir nicht--

«No escaparas de mí»

           

Una enfermiza obsesión +18Where stories live. Discover now