—Eres un gran hombre Sergei— aprieto su hombro— Y te diré una sola cosa— mirándolo fijamente le aseguro— Eres demasiado para estar  escondiéndote por alguien que es tan cobarde para seguir viviendo oculto.

Lo levanto del sillón en el que estábamos y le doy un abrazo, se me dan del carajo, pero mi futura esposa dice que aveces no está de más demostrar el amor que sentimos por los que nos importan.

—Sé que ahora crees que nunca conocerás a nadie como a él— lo suelto y tomo su rostro con fuerza— Y tienes razón, llegará alguien mejor.

En ese momento el británico cara de culo de Jeremy se acerca a nosotros.

—Ayax está cansado, Fabiano quiere llevarlo al hotel— yo también quiero irme — Pero Diff dice que tú no te puedes ir.

—Cómo si puede detenerme— murmuro.

—Es mejor que el pequeño guerrero duerma— Sergei se acerca hasta el hombre de ojos grises— Yo los acompaño también— el británico lo observa con expresión imperturbable.

—Cómo sea— dice alejándose.

—Idiota— dice el viejo viéndole el ¿Culo? Vaya, vaya ¿Qué sucede aquí?

Llego hasta la mesa donde Fabiano sostiene sobre su pecho a mi hermoso hijo dormido. El castaño me observa con una sonrisa.

—Nos vemos en el hotel— con cuidado le doy un pequeño beso en la cabeza a mi Ayax.

—No creo tardar más tiempo en esta mierda— le digo.

—Solo disfruta un rato la noche— me dice el Irlandés.

Él y Fabiano junto a mi hijo se van del restaurante para buscar el elevador que los lleve a nuestra suite. Me sorprende que el perro guardián no vaya tras de ellos, ¿Será porque no quiere estar cerca de Sergei? Mmm.

— ¿Ahora qué?— pregunta el ruso, volteo a verlo pero rápidamente se gira.

—Obviamente nadie de aquí es de los que bailan— dice Diff levantándose en sus muletas— Al menos no sobrios— me observa con una estúpida sonrisa, Dejemoslo en coma otra vez.

—Podemos ir a las carreras clandestinas de las Vegas— dice el británico.

—Esa idea suena interesante— dice el tal Adriano.

—¿Tú como sabes de eso?— le pregunta Diff.

—Yo lo sé todo— dice caminando hacia la salida.

Juro que este día no puede ser más estresante, primero tuve que volar hacia esta ciudad, luego me separan de mi mujer y ahora tengo que convivir con estos idiotas. Uno discapacitado, otro que se cree Dios hecho persona y la lora parlante que es Adriano.

Si no me pego un tiro es porque pronto me caso. No podemos dejar viuda a nuestra corderito sin antes casarnos.

Llegamos al lugar, que por cierto está en la punta del diablo. Todo está lleno de autos de toda clase y estilos, hay mujeres por donde quier y todos  se concentran en la carrera que está ahora mismo entre tres coches.

—Esto es algo que no se ve todos los días— dice una voz que reconozco muy bien.

—¿Ese es Christopher?— pregunta Diff confundido.

—¿A qué debemos el honor de tener aquí al gran Zorro?— pregunta burlesco.

En resumen este idiota es uno de los que querian montar un prostíbulo en mi territorio, así que es obvio su descontento al toparme, ¿No lo habíamos matado?. Este es de los pocos que lograron esconderse antes de que los atrapara.

Sepulcro Where stories live. Discover now