"Heridas del pasado" (Sakura x tú) (Chaewon x tú)

Capítulo 12

Miércoles 26 de Agosto de 2065

Narrador Omnisciente

Una escalera de sogas era desplegada hacia abajo en medio del bosque y una silueta femenina descendía lentamente hasta el suelo para acercarse a un arbusto en donde estaba oculta una motocicleta.

Luego de ponerse el casco se puso en marcha para reabastecerse de suministros, llevaba 2 meses sin salir a la sociedad y cada vez tenía que ser cuidadosa, pero en la primera tienda en la que se detuvo se sorprendió al ver noticias positivas de los superhéroes.

Le preguntó al dependiente de la tienda que había ocurrido los pultimos 2 meses y el chico la miró confundido.

---¿Acaso vives en el bosque, amiga? Los superhéroes han vuelto a ser legales en Corea--- La chica simplemente agradeció y pagó por sus cosas para luego salir a leer ese periódico y a buscar en internet.

El nuevo top 10, la batalla de la prisión de Seodaemun, del puente Hangang, la muerte de una nueva heroína llamada animali y su nombre, Kim Garam.

Ese nombre le sonaba y después de años volvía a entrar a sus redes sociales para buscar a una vieja amiga.

Al salir empezó a caminar tratando de procesar todo lo que se había enterado, ya no tenía necesidad de huir, aunque luego de lo que le hicieron era imposible llevar una vida normal, incluso se estaba arrepintiendo de decirle a su amiga para juntarse.

Regreso donde había dejado su vieja motocicleta para empezar su viaje a la capital, aunque siempre tenía que tener cuidado al ponerse el casco, pues alguien podría reconocerla.

Nunca olvidará esos días escapando con ayuda de otros héroes, en el camino lograron conseguirle prótesis en el mercado negro para que pueda moverse y luego de un mes los emboscaron logrando matar a todos menos a ella a quien dieron por muerta revelando su identidad en televisión nacional.

Smiley, la heroína que no luchaba con los puños... ella fue la primera en ser atrapada por las autoridades luego de evitar que un chico se suicide cambiándole su estado de ánimo con su pathoquinesis. Al no especializarse en el combate físico fue rápidamente arrestada para experimentar con ella con el propósito de entender mejor los superpoderes.

Se la pasaba días enteros mirando sus piernas y su brazo derecho, las tres extremidades reemplazadas por protesis robóticas que tenía que cambiar cuando fallaban.

Después de 2 años regresaba a su hogar, Seúl. Había tanta gente que quería ver, pero primero recorrió lentamente el barrio en el que creció, miles de recuerdos llegaron a ella.

Estacionó su moto y se acercó nerviosa a la entrada, temía ser rechazada, pero ya estaba ahí y no se retractaría.

A veces le gustaría manipular sus propias emociones.

Tocó el timbre y se quitó la mascarilla y los lentes de sol que cubrían su ojo robótico.

Se demoraban en abrir la puerta. Soltó una pequeña risa pues en su casa nunca se ponían de acuerdo para ver quien abría la puerta.

Al final una mujer abrió y se quedó mirándola.

Ambas se quedaron estáticas mientras las lágrimas empezaban a salir.

---Hola mamá... perdón por desaparecer tanto tiempo... Sé que me veo diferente... soy 50% metal ahora... pero... ¿Aún puedo seguir siendo tu hija?--- El llanto que amenazaba con salir no le permitía expresarse del todo bien pero la mujer frente a ella le entendió a la perfección.

---Claro que sí, mi amor ¡Abrázame, Yena!--- Ambas se fundieron en un largo abrazo lleno de llanto

Al demorarse tanto la madre en la puerta tanto el padre como el hermano de Yena se acercaron a ver que pasaba y se sorprendieron al ver a la chica.

---Mi princesita--- El padre rompió en llanto incluso mas fuerte que la madre abrazando a Yena.

Toda la familia estaba reunida nuevamente y Yena fue casi obligada a entrar por su madre.

La casa estaba tal como la recordaba, aunque habían varias fotos de ella y de sus hazañas como heroína.

Entró a lo que alguna vez fue su cuarto encontrándolo completamente igual.

---Mamá se negó a vender tus cosas--- Dijo Sungmin, su hermano---Quería convertir esta habitación en mi gimnasio---

---Que bueno que no lo hiciste, porque se abría convertido en MI gimnasio--- Dijo Yena logrando hacer reir a su hermano.

---¡Hijos! ¡Vengan a comer!---

Yena se sentó en la mesa y no pudo evitar volver a llorar al ver la mesa servida y a las personas junto a ella. Por años comía comida enlatada sentada en una mesa pequeña y su única compañía eran algunos roedores.

Luego de cenar se despidió de su familia, su madre se acercó temerosa a ella pensando que no regresaría.

---Solo voy a ver a una amiga con la que he quedado... pero... ¿Está bien que regrese a vivir con ustedes?---

---¡Claro que puedes volver a vivir en esta casa! ¡No te perdonaría si no lo hicieras! Tómate tu tiempo para traer tus cosas--- La mujer tomó las manos de su hija sintiendo el metal de una de estas.

---La verdad es que no tengo casi nada...--- Dijo Yena.

---Todas tus cosas siguen aquí... todo terminó hija... ahora eres libre de vivir tu vida... no puedo imaginar cuanto debes haber sufrido--- Yena notó que su madre centró su agarre en su mano metálica.

---Me costó mucho acostumbrarme... y es complicado cuando fallan una de las piernas... pero ya no es un problema para mi... no te preocupes por eso, mamá--- Dijo intentando tranquilizar a su madre---

---Tienes razón... Lo importante es que estás viva... que estás con nosotros otra vez--- Luego de otro abrazo Yena se puso su casco para ir al encuentro con su amiga.

Pov Chaewon

Sin trabajo y nada que hacer pasaba casi la mayor parte de mi tiempo en casa viendo alguna serie o tirada en el sillón revisando redes sociales, hasta que un mensaje llamó mi atención, alguien que creía estaba muerta.

Una vieja amiga que resultó ser una heroína.

Me pedía vernos, pero podría ser un hacker, podría ser una trampa.

Acepté ir, pero antes de salir a su encuentro avisé a las chicas que si no sabían nada de mi en una hora era porque me habían tendido una trampa. Y si todo resultaba ser cierto ella me debería muchas explicaciones, lloré su muerte y ahora resulta que estaba viva.

Todo es tan confuso.

Se me salieron las lágrimas escribiendo este capítulo