𝟐 | 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃𝐇𝐎𝐔𝐍𝐃 ━ ALLISON ARGENT

𝖝𝖝𝖛𝖎𝖎𝖎. fair to blame the good son

CAPÍTULO VEINTIOCHO
es justo culpar al buen hijo

INTERCAMBIÉ MI MIRADA ENTRE Hades y mi mamá ofendido cuando la menor puso como tres bolsas de sus dulces favoritos en el carro de supermercado cuando a mi no me dejó llevar tres paquetes de mi chocolate favorito. Mi mamá pareció haberme ignorado, pero lo entendía porque ya llevaba enojada conmigo durante semanas, mientras que mi hermana me daba una sonrisa molesta.

Solo entorné mis ojos en su dirección y seguimos nuestro camino. Quizás habíamos crecido, pero aún así a mi mamá con mi padrastro les gustaba llevarnos de compras al supermercado.

⎯ Creo que no necesitamos nada más. ⎯ miré a mi padrastro cuando volvió a encontrarnos, con sus manos llenas de tres paquetes de mi chocolate favorito. ⎯ Mira lo que traje, Haem. Sé cuánto te gustan.

⎯ Gracias.

Mi mamá solo lo miró enojada y siguió su camino con el carro, él no pareció haber entendido lo que sucedía así que la siguió dejándonos a mí con Hades atrás después de darnos una mirada confundida.

⎯ Parece seguir enojada contigo.

⎯ No me digas.

⎯ Aunque aún no entiendo por qué. Quizás porque su buen hijo no ha estado siendo buen hijo últimamente. De todas formas, nadie sabe si se le pasará, es la primera vez que hace esto.

⎯ Tú haces cosas peores y aún así no se enoja contigo.

⎯ Porque sabe que aún así puede confiar en mí.

⎯ ¿Entonces no confía en mí porque maté a mi mejor amigo? Wow, que buena familia son.

Apresuré mis pasos hacia los adultos para ayudar con las cosas compradas en las bolsas. Hubo un silencio tenso en todo el camino con mi padrastro intentando mejorar en sus habilidades de padre aunque tuviera una hija mayor que nosotros con otra mujer, intentando poner algo de música suave en al radio o intentar hablar algo.

Podría evitar conversar con mi familia, pero sabía bastante bien que nunca podría deshacerme de mi línea de sangre.

࿈ ࿈ ࿈ ࿈ ࿈

Froté mis ojos con mis manos una vez que ya me había sentado en mi cama pero aún no podía despertar bien. Miré mi puerta cuando se abrió, y fruncí mi entrecejo en disgusto cuando vi a mi hermana atravesarla lista para la escuela.

⎯ Ya levántate. Yo te llevaré a la escuela.

Iba a callarla y presumir que tenía a una mejor amiga que podía llevarme, pero las cosas entre nosotros seguían extrañas y sabía que tomaría un tiempo arreglarlas.