Capítulo 8 | Aspen Hanson

52 6 0
                                    

Eris Cohen

—Díganme, ¿la mansión ha sido de su agrado? —pregunto mirandome fijamente.

—Sí mucho —respondí pareciendo imperturbable ante su intenso escrutinio—, sobre todo por el misterio que hay alrededor de ella. Hablando de eso, ¿por qué hay tanto lío con el asunto del dueño?

Solto una risa moderada y sin dejar de mirarme respondió:

—Bueno, los secretos a veces no solo sirven para mantener algo oculto. Por ejemplo, yo creo que el anonimato le da vida a esta mansión que permanece mucho tiempo a oscuras por todos los viajes que hago.

—Curioso —musite para luego añadir en voz alta: —Entonces de seguro que no le molesta que haya muchos artículos haciendo referencia a que el dueño es alguien lo suficientemente enigmático como para no mostrarse.

—Por supuesto que no.

—¿Y no le preocupa que alguien de aquí revele que usted es ese hombre?

—Confío en todas las persona que están aquí en este momento. Además, revelarlo sería como ir a contarle a todos que somos novenos, ¿no creen?

Captamos la amenaza implícita y no hice más preguntas.

El se despidió educadamente como si nada y se fue.

(...)

Al anochecer como pude, me escabulle en la antigua armería.

Solo había oscuridad en el interior, y silencio, demasiado silencio.

Apunto con la linterna y un jadeo muere en mi garganta cuando veo un cuerpo tumbado en el suelo. Asustada paseo la luz encontrándome con varios, muchos.

Presas.

Parecen estar dopados.

Me comunico con Padme para decirle que no es seguro que vaya a las mazmorras porque cuando salí de mi habitación había visto un grupo de novenos reunidos en la biblioteca.

Continuo buscando pero no veo rastro de Alicia.

Después de un rato escucho la voz de una asustada Padme por el walkie talkie:

—Los novenos van para allá, repito, iran hacía donde estás. Esos cuerpos que ves no están dormidos, están muertos. ¡Tienes que salir de ahí de inmediato antes de que te vean!

—Me lleva el...

No terminé de hablar cuando unas manos ensangrentadas taparon mi boca.

Grite pero solo logre que mi boca se llenara del sabor metálico.

—Shh, silencio princesa.

Esa voz...

Me giro muy lentamente para encontrarme con los mismo ojos claros que había visto esta tarde.

Retiro la mano ensangrentada de mi rostro y trague saliva con sabor a sangre antes de hablar:

—Yo.. yo solo estab..

—Es estúpido que pensar que estando bajo el techo de Aspen puedas hacer algo que él no sepa.

—Yo no... no...

—Créeme cuando te digo que no vale la pena.

—¿Qué quieres decir? —inquiro con voz temblorosa.

—Eso que dije, ahora ven conmigo —me toma bruscamente del brazo.

—No —intento safarme.

—Será mejor que no te resistas, Eris —susurra con voz grave a mi oído—. O tendré que pedír ayuda.

Eris Hanson [La historia de una Traidora] -Fanfic de DamianWhere stories live. Discover now