Capítulo 2 | Los novenos

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Padme me contó muchas cosas de manera atropellada, dando como resultado que no entendiera nada, Alicia bajo así que comenzamos a actuar con normalidad, desayunamos las tres juntas y cuando Alicia se marchó y para apartarnos de Carmindy utilizamos la excusa de regar las plantas del jardín, fue ahí donde Padme me contó todo con más detalle:

Sabes que yo siempre sentí curiosidad por Damián. Pues el día que fue al Ginger Café le seguí al bosque de Asfil. Cuando pensé en volver porque le había perdido de vista vi a dos personas, parecían estar discutiendo, dos hombres, jóvenes, lucían solamente como un par de años mayores que nosotras. Esa discusión no pintaba nada bien. Cuando menos lo espere el chico que traía una gabardina violeta se abalanzó sobre el que traía la chaqueta de cuero y le enterró un cuchillo en el ojo. Lo mató y lo peor es que parecía disfrutarlo, estaba muerta de miendo en ese momento y más cuando el de la gabardina volteo en mi dirección, pensé que me había visto, pero no. Cuando se marchó yo me acerqué al cadáver, por suerte, no era nadie familiar. Cuando volví a escuchar pasos acercarse me heche a correr, corrí todo lo que pude, en algún momento me caí y mi bolso también, pero lo dejé y seguí corriendo sin rumbo hasta que encontré una vieja cabaña que parecía estar abandonada, me adentre a ella pensando que estaría más segura ahí adentro que en el bosque, volví a sentir pasos acercándose así que abri la única puerta que había dentro de esa cabaña. Pensé que era un armario o algo así, no esperé ver la cantidad de personas que habían del otro lado. Personas vestidas elegantemente con gabardinas y pantalones de cuero pero no había ningún rostro conocido, lo cual era extraño porque en Asfil todos nos conocemos. Hasta que vi a Damián, estaba furioso por encontrarme ahí, me llevo a un lugar apartado, le confesé que lo estaba siguiendo y el me dijo que estaba loca por cruzar el roble, yo nisiquiera me había percatado de eso. Le conté lo que había visto, pero el no tuvo otra reacción más que molestia. Cuando me di cuenta que Damián realmente escondía algo turbio quise irme, pero el no me dejo, porque yo ya había descubierto su mundo. Me confesó que todas esas personas de ahí afuera eran asesinos y si se enteraban que yo no era como ellos, me iban a destripar.

-No tenemos nombre ni religión. Nacemos un nueve del noveno mes y desde pequeños sentimos la necesidad de hacer daño.

Eso fue lo que me dijo. También me dijo que acababa de perder mi vida tal como la conocía porque esas personas nunca olvidaban un rostro y que si me veían por ahí actuando como una persona normal, me matarán. Mi única salida es mudarme de Asfil, íbamos a salir pero nos topamos con el tipo de la gabardina violeta que había visto asesinar a ese hombre hace unos momentos, Damián me cubrió y le dijo que yo era uno de ellos y que no me reconocía porque me había pintado el cabello.

Cuando salimos de aquella extraña cabaña el me acompaño a casa y ahí me dio otra opción, la opción que me uniera a ellos, era eso o irme de Asfil.

No voy a mentir, está historia me escandalizó, jamás pensé que Asfil podría ser un lugar tan peligroso, que tantos asesinos rodearán nuestra ciudad daba miedo, pero traté de mantener la calma, Padme no me necesitaba histérica. Estaba buscado desahogarse conmigo, no necesitaba calmarme o tranquilizarme.

-Debes ir al bosque y reunirte con ellos -dije en voz baja mientras regaba un conjunto de florecillas blancas-. Lo primordial es poner a todos a salvo.

-Si, es solo que temo perder...

-Lo único que debes temer perder es la vida, no la forma en que vives. ¿Qué es lo que temes perder justo ahora?. ¿El andar de fiesta en fiesta?. ¿La innecesaria popularidad en el instituto?. ¿El absurdo privilegio de juntarte con cualquier cabeza hueca que hay en él?. ¿No poder usar un vestido de flores?. Nada de eso constituye tu vida.

-No -niega angustiada-. Temo perderlas a ustedes.

-Nadie va a perder a nadie -frunci los labios-. Debemos alejar a Alicia, es demasiado inestable como para soportarlo, no lo entendería, así que podemos hacerlo.

-Tu también debes alejarte, es muy peligroso -me dijo pero negué con la cabeza inmediatamente.

Ni loca me iba a alejar de esto.

No la voy a dejar sola, ¿cierto?

-Nadie sabe que me lo haz contado, ¿cierto? -le dije-. Además, Damián te dijo que podías juntarte conmigo, ¿no es así?. Mantendré a Alicia alejada de ti, y tu y yo nos reuniremos ocasionalmente para conversar. Podemos mensajearnos a cada momento pero evitaremos juntarnos en público. Ahora lo más importante es que te reunas con ellos para que sepan que puedes guardar su secreto y que quieres seguir viviendo. Tienes que seguir vivir, Padme.

-Lo sé, pero esto es demasiado extraño, Eris -me dijo mientras examinaba los tallos de las flores-. ¿Nacen el nueve del nueve y por eso son asesinos?. Podría pensar que es una jodida broma de no ser porque vi a un tipo acuchillar a otro. Y luego todo esa gente en esa cabaña... ¿sabías que ese el el misterio a cruzar el viejo roble?. Bueno, eso creo, ¿qué más podría ser?

Deje la regadera a un lado y mire con curiosidad el grupo de flores que ella estaba inspeccionando, había una flor cuyos pétalos tenían un color roceaso. Todas eran completamente blancas, pero esa no.

Recordé que Carmindy dijo que esas flores no brotaban de otro color y mire a Padme.

-Una variacion -musite -. Lo que das a entender es que necesitas una explicación lógica para poder creer que Damián es así como dice ser.

-Dime, ¿tu te lo crees todo?. ¿Tú, la Eris que desde los seis años peleaba con Alicia porque ella creía firmemente en el hada de los dientes, pero para ti parecía puro marketing como el día de San Valentín? -inquiere la pelinegra incrédula.

Si supieras.

-Si, me lo creo, ¿y sabes por qué? Porque sé que debe de haber una explicación. No puede ser solo cuestión de que un día en específico intervenga sobre la naturaleza humana, y se que piensas lo mismo.

Eris Hanson [La historia de una Traidora] -Fanfic de DamianWhere stories live. Discover now