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— No me alcanzarás! — gritaba Jimin asujetando su sombrero cabalgando como un demonio sobre el infierno en esa pradera verde al rededor de rio, seguido por Jungkook sobre Ara. Ara era joven pero Star era muy veloz bajo Jimin.

Jimin se alzó sobre Star y dejo sus brazos al aire haciendo que su sombrero vuele con el viento. A veces se preguntaba cómo había dejado eso atrás. Si era la sensación más maravillosa del mundo. Volar junto a Star.

Jungkook reía y cabalgaba sobre una Ara de musculatura fuerte y pisada segura.
Le encantaba la fuerza de la yegua. Cómo también ver reír a Jimin.

Se había dado cuenta que Jimin cambiaba mucho al cabalgar, no era tan duro, se colocaba más sensible y divertido.

Fuera de el seguía siendo el descarado, deslenguado y exigente jefe.

Había despedido a cinco personas ya dentro del establo, había hecho colocar las famosas cámaras de seguridad, que hizo que tuviera que buscar otro lugar para sus encuentros.

En ella se vieron algunos robos que hacían y del mal cuidado de los caballos. Jungkook había estado investigando también porque desde que murió el señor Park. Algunos se relajaron y no esperaron que Jimin tuviera aquel carácter intransigente

El se veía bonito, pero era un demonio. Y aunque no quería admitirlo era muy parecido a su padre.

Jimin se detuvo con el corazón desbocado riendo como loco mientras se recostaba sobre el cuello de estar y lo abrazaba. Sentía el corazón agitado del caballo y su respiración fuerte y acelerada.
Suspiro llenando los pulmones y calmando un poco aquella adrenalina que lo llenaba por dentro.

Jungkook llegó a su lado riendo también.

Las cosas habían estado bien hace un par de semanas. Tenían mucha más confianza entre los dos porque pasaba mucho tiempo juntos.

El entrenamiento estaba siendo duro para todos. Pero Star no dejaba de sorprender con las habilidades para aprender rápido tal como le había dicho Jimin.

Jimin se bajó del caballo y lo dejo para acercarse a la laguna. Se sacó las botas negras y se arremango el jeans azul hasta las rodillas para dejarlas debajo del agua. Quiso tomar su sombrero pero se dió cuenta que se había volado.

Jungkook se acercó y se lo puso.

— Lo alcance en la carrera.

— gracias Jungkook.

Este se sentó junto a Jimin y ambos se quedaron mirando hacía adelante. Después de esa carrera era normal un poco de silencio, la calma del bajón de la adrenalina los dejaba un poco silenciosos.

— Star va bien. Creo que dos semanas más y estará listo.

— También lo creo— dijo Jimin tirándose hacia atrás sobre el pasto húmedo y verde

Jungkook lo siguio haciendo lo mismo mirando hacía el cielo despejado.

Había un calor intenso a esa hora, ya había pasado el almuerzo y Jimin había salido a pasear para distraer a Star convirtiendo todo en una carrera como hacían siempre.

Jimin se sentía nervioso ahora porque de todo este tiempo no sé habían sentado juntos solos.

Le gustaba mucho Jungkook pero pese a las miradas a escondidas Jimin sabía que seguía viendo a su hermano.

Varias veces los había visto desaparecer. Yoongi se levantaba de la  mesa en silencio y lo seguía Jungkook quince minutos después.

Se le apretaba el estómago y aunque se imaginaba lo que pasaba no quería volver a sorprenderlos porque se imaginaba dónde se encontraban ahora. Esa casa era un puto laberinto de habitaciones.

— Siempre quise tener un compañero como tú, le dijo Jungkook. Algo que le apretó el estómago a Jimin porque sonó a cariño de amigos.— llevaba mucho tiempo tratando de encontrar a alguien que amara los caballos y sus cuidados y que quisiera hacer cambios en la Hacienda. Tu padre no se equivocaba contigo. Siempre me dijo..

—No hables de Jackson. No quiero saber lo que decía o pensaba de mi. No me interesa.

Jungkook no entendía ese gran odio aún. Sabía que el señor Park era un hombre muy duro. Pero con el siempre fue bueno.

—Jimin —lo llamo Jungkook colocándose de lado afirmando su cara sobre el codo.

Jimin se giro de la misma forma quedando frente a el

Trago grueso porque Jungkook no se imaginaba lo sexy y atractivo que se veía siempre.

Era un hombre increíblemente hermoso, mas así con su camisa desabrochada y sus clavículas en tensión, su cuello y su mentón definido donde solo quería deslizar su boca y morder.

— ¡Que! —contesto Jimin en tono seco y grave para que no se notará lo profundamente desconcertado que se sentía con esa imagen.

Jungkook se estremeció con esa sutil mirada que  le daba Jimin. A veces sentía que Jimin se lo quería comer pero era un fugaz momento y solo pensaba que eran ideas suyas.

Jimin era… su jefe. Y el estaba enamorado de Yoongi, su hermano. Si, Solo eran ideas suyas.

— No sé que te hizo el señor Park, se que se enojo mucho cuando supo que tú eras gay.

— Tu no sabes nada Jungkook, Jackson nunca te dijo lo que me hizo, y como lo hizo, y obvio que nunca te lo diría— Jimin empuño sus manos y cerró sus ojos con fuerza para no llorar, porque ya no era un niño y no se permitiría volver ha hacerlo, ya había llorado bastante —Porque fue un hombre cruel. El me hizo cosas que no se le hace a quienes amas por más decepcionado que estés de eso.

Jimin se colocó los calcetines y las botas, ya le había pasado la felicidad y el odio y el dolor habían vuelto. Ya no quería estar ahí.

Jungkook lo siguio rápido. La había cagado haciendo sentir mal a Jimin algo que le perturbo un poco hacer.

No quería que Jimin se sintiera triste porque no lo merecia. Jimin era demasiado bueno para estar triste.

A veces no entendía sus sentimientos y pensamientos hacia Jimin, pero ahí estaban revoloteando como mariposas.

— Jimin perdona — le dijo mientras alcanzaba su brazo y este giraba para quedar frente a frente.

Jimin tenía los ojos medio llorosos y las mejillas rojas, quizá por tratar de contener las lágrimas.

Sintió un deseo increíble de abrazarlo, y eso hizo — perdona, no quería hacerte sentir mal. Ni triste.

Jimin se fundió en ese abrazo. Y rodeo con sus brazos la cintura de Jungkook. Tenía el cuerpo tan firme y fuerte. Su rostro quedó en sus clavículas y afirmó el mentón en ella. Su nariz se roso con su cuello. Y la deslizó aspirando el aroma varonil y embriagador de Jungkook.

— Hueles bien. Además de todo hueles bien.

Jungkook se separó de el como un resorte.

— Jimin — dió Jungkook un poco asustado y asombrado por lo que Jimin había dicho y como lo había dicho. Cómo alguien que desea.

Jimin tomo el cuello y lo atrajo hacia el, le robó un beso, uno devorador, quiso introducir su lengua dentro de la boca de Jungkook pero este lo aparto.

—Jimin yo… no puedo.

Jimin sintió el vacío en su corazón. Y el agua fría de la desilusión descendiendo desde su cabeza hasta sus piernas. El dolor del rechazo.

Vio cuando Jungkook se subió sobre Ara y corrió con ella fuera de ahí.

Jimin estaba aún de pie. Sintiéndose inmensamente dolido y estúpido.

Mientras veía a Jungkook alejarse . Star llegó a su lado y le mordió la oreja.

— Está bien chiquito, no es primera vez que me rechazan. El imbécil de Jungkook se arrepentirá cuando Yongui lo  bote como a una basura. Y no estare ahí para el. Porque yo no doy segundas oportunidades.

INDOMABLEWhere stories live. Discover now