Caterald

Kai

Kai había cumplido su promesa. Le había prometido a Siena que la llevaría a su concierto, solo con la condición de que se encontrara mejor. Y no solo la llevó a su pequeño concierto, sino que permitió que la pequeña disfrutara de la magia que se esconde tras los bastidores, donde la música adquiría un matiz íntimo y auténtico. Sin embargo, un inoportuno percance oscureció el final de la noche.

Cuando dejó a Siena en casa, Kai regresó al festival, donde el resto de la banda lo aguardaban con ansias para celebrar el éxito. Pero la mente de Kai estaba en otra parte después de lo ocurrido con Artai. La confusión lo atormentaba, especialmente porque ella parecía disfrutar de su compañía

Al sumergirse nuevamente en el bullicio del "Otoñal Fest", sacó el móvil para enviar un mensaje a sus amigos, pero algo entre la multitud lo detuvo en seco. En un destello entre la muchedumbre, vio a Erea con Artai. Solo unos instantes, pero suficiente para convertir sus sospechas en certezas.

Fue como un puñetazo en el estómago. Todo lo que pensaba que era real se desvaneció en un instante, quedándose parado, incapaz de apartar la mirada. La inseguridad se apoderó de él, nublándole la cabeza de preguntas sin respuesta. ¿No era lo suficientemente bueno? ¿Qué veía en Artai?

¿Cómo se suponía que debía encajar esa escena? ¿Sorpresa, decepción o quizás una pizca de dolor? La verdad, aunque esperada, resultaba más devastadora de lo que había imaginado. Era el momento de aceptar que Erea no tenía ningún tipo de interés romántico con él.

La música se desvaneció hasta convertirse en un zumbido lejano y el nudo en su estómago se apretó más.

—¡Ey, tío! —lo llamó alguien con entusiasmo. Era Ricky, el batería. —Estamos allí al fondo. Martin ha conocido a un productor que quiere hablar con nosotros.

Kai no estaba precisamente en modo sociable, peo aún así, asintió y se dejó llevar por Ricky.

Se dirigieron a una zona más apartada para hablar, donde les aguardaban Martin y el productor.

—Oh... Kai, ¿no? Eres el que me falta por conocer. Increíble actuación esta noche. Realmente me habéis impresionado. —Comenzó a decir el tipo de gafas y pelo aplastado.

—Gracias, me alegra que te haya gustado. —contestó Kai, mientras Ricky y Martin los observaban con felicidad.

—De verdad, tu energía en el escenario fue brutal. Me encantaría un día poder hablar con vosotros sobre música y sobre vuestro futuro en la industria. ¿Qué tal si nos encontramos para almorzar la próxima semana? Podemos hablar con tranquilidad.

—¡Claro, estaríamos encantados! —exclamó efusivo el batería.

El productor les regaló una sonrisa.

—Bueno, para empezar, ¿Cuál es vuestro objetivo a largo plazo con la banda? ¿Cómo os llamabais?

—Purple sound of death.

—Entendido.

—Estaría bien llevar nuestra música a la mayor cantidad de personas posible.

—Eso suena genial. Creo que podríamos trabajar bien juntos. He estado en la industria durante bastante tiempo y tengo experiencia en ayudar a artistas emergentes a alcanzar su máximo potencial. Pero... —hizo una breve pausa— Entiendo que sólo trabajáis versiones ¿no?

Los tres miembros de Purple sound of death se miraron entre sí.

—¿Es un problema? —preguntó Kai.

—Me gustaría discutir la posibilidad de que comencéis a componer vuestras propias canciones. —El hombre carraspeó un poco— Veréis, hay cientos de bandas como la vuestra que se dedican a reinterpretar canciones... —Kai, Martin y Ricky lo miraron atentamente. —Ya he visto como os marcáis una canción de Oasis, The Struts o Pearl Jam, esta noche. Ahora quiero saber cómo os desenvolvéis con una pieza original.

La petición del productor se quedó suspendida en el aire, y los miembros de Purple Sound of Death intercambiaron miradas nerviosas. Kai, a pesar de su turbación emocional, se esforzó por articular una respuesta.

—Bueno, nunca nos hemos aventurado mucho en la composición propia, pero estoy seguro de que podemos intentarlo. ¿No es así, chicos? —miró a Martin y Ricky en busca de apoyo.

Martin asintió con confianza, mientras Ricky dejó entrever cierta inquietud en sus ojos. El productor, con una expresión seria, prosiguió con su visión.

—Componer canciones originales puede ser un desafío, pero también es la clave para destacar en la industria. Necesitamos algo fresco, único. Si lográis eso, podríamos tener un acuerdo sólido.

El hombre de gafas le tendió una tarjeta hacia Kai, y luego desapareció entre la gente, dejando a los tres chicos con la tarea de digerir la oportunidad que tenían frente a ellos.