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No. No. Y no ese era el mantra que se estaba repitiendo desde hace media hora.

Barbara estaba sentada en la tapa del retrete esperando... No sabía que estaba esperando, una parte de ella sabía lo que iba a ver en esas pruebas de embarazo y la otra todavía estaba en negación.

Luego de que Eros la acompañara en el parque un rato hasta que las náuseas se le disminuyeran se fueron a su casa, Barbara ni bien llegó lo primero que hizo fue ir al baño a hacerse la prueba o mejor dicho todas las pruebas.

Así que ahí estaba sentada, dañando su manicura por los nervios que la estaban invadiendo.

—¿Puedes salir?— le dijo Eros del otro lado de la puerta, se estaba preocupado por ella, ya llevaba media hora y no había salido.— mi amor sal y hablemos.

Barbara limpio sus mejillas mojadas en lágrimas se vio en el espejo y sintió ganas de llorar nuevamente, estaba horrible, parecía un tomate, tenía la cara roja de tanto llorar y para colmo hinchada.

Intento ver una prueba y no pudo los nervios no la dejaron.

No tenía por qué estar tan nerviosa, en realidad no sabía porque estaba tan nerviosa.

Prefirió salir, abrió la puerta y ahí estaba Eros parado recostado del marco de la puerta esperando por ella, se le notaba en la cara la preocupación y angustia que tenía.

Pero realmente lo que más le preocupaba a él, era que todo ese choque sentimental que tenía le afectará a su corazón.

Y es que verla llorar en su pecho nada mas abrir la puerta le quebraba el suyo.

— No pu.puedo ver el res.resultado

— yo lo hago tranquila ¿Si? Ve, recuestate un rato.

La dejo en la cama y fue al baño a ver las pruebas.

Realmente lo creía innecesario pero si eso hacía sentir mejor a su mujer pues que se hiciera las pruebas  que fueran necesarias.

Estaban también los sobres del laboratorio que Barbara no había abierto,    una por una fue viendo las pruebas y todas marcaban lo mismo.

Abrió los sobres y lo mismo en definitiva  iban a ser padres.

Una sonrisa se le dibujo en su rostro pero rápidamente la borro, por alguna razón Barbara no estaba aceptando el embarazo ¿No quería ser madre? ¿Que pasaría ahora?

Con tristeza tomo una de las pruebas y salió del baño para sentarse juntos a ella.

—¿y bien?

—pues... — le coloco en sus manos la prueba.

Barbara sostuvo la prueba y rompió en llanto.

—lo si.siento yo... Yo no que.queria

—¿Pero que dices? No tienes por qué disculparte.

Se acostó junto a ella, abrazándola, hasta que se calmo su llanto.

—si no quieres a este bebé, voy a apoyar tu desicion.

Barbara sintió tanta tristeza ¿No quería al bebé? ¿Por eso estaba diciendo eso?.

Ella no se sentía preparada para ser madre ¿Había un manual o algo así?.

Su madre había muerto cuando ella era muy joven y su madrastra no era la mejor referencia de madre que pudiera existir.

Se supone que ella se estaba cuidando, se estaba inyectando anticonceptivos de tres meses, sin haberle dicho a Eros, claro estaba.

Algo tuvo que haber ocurrido con la inyecciones.

—lo siento, yo... Yo no lo planee. — lo que más le aterraba era que el no aceptara al bebé por no ser planeado o que se sintiera obligado a hacerse responsable del bebé.

— Está bien mi amor, ese bebé es fruto de nuestro amor. Pero... — suspiro tragando el nudo que se le había formado en la garganta, le dolía tan solo pensarlo— si no lo quieres tener voy  apoyarte, es tu cuerpo.

—¿Tu quieres que lo tenga? — le pregunto sirviendose la nariz, le ardían los ojos de tanto llorar — es que de veras, no lo planee de echo me estaba cuidando y no se que pasó con las inyecciones que fallaron...

— hey tranquila— le dió un beso en su cabeza y luego la abrazo más a él. — claro que quiero que lo tengamos, va a ser una bebita muy hermosa— dijo sonriendo, si, sería una niña muy linda, como si mami.

Era una imagen realmente tierna en  ese momento, digna de enmarcar ellos dos acurrucados en la cama.

Era innegable que se amaban, un amor puro y tierno.

Ese bebé iba a nacer en un hogar lleno de amor.

Barbara cayó en cuenta lo que le había dicho pero sobre todo... — ¿no te molesta que te haya dicho lo de las inyecciones anticonceptivas? — le dijo sirviendo su nariz y bostezando luego— además no sabes si va a ser niña.

Eros solo sonrió y beso nuevamente su cabeza, su mujer era tan tierna— ya lo sabía mi Barbie— y era verdad el ya lo sabía por eso no se asombro cuando ella se lo dijo, en algún momento ella se lo diría pero no pensó que fuera ese momento exactamente.— y si va a ser una niña hermosa ya lo verás, voy a ser el hombre más afortunado en tener una casa de muñecas muy original.

Barbara solo nego con la cabeza y se acurrucó más a él, tenía mucho sueño, tanta lloradera la dejo exhausta.

Luego le preguntaría a su ginecóloga que falló con las anticonceptivas.

Por el momento solo dormiría.

Desde Que Te Vi (+18)Where stories live. Discover now