Diecinueve

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—¿Estás bien? —preguntó Renjun, dando un apretón en la mano de su prometido.

Chenle suspiró. Había estado sintiendo un revoltijo en el estómago desde que habían dejado el departamento.

—Si... —dudó en responder. La fachada del hospital estaba empezando a ponerlo nervioso.

Renjun asintió y le dedicó una mirada rápida. Sabía que estaba mintiendo, pero no sentía que fuese el momento para quejarse.

Decidieron entrar luego de unos minutos para mentalizarse. En la recepción vieron a la madre de Chenle, y por más que ambos compartieron la idea de solo ignorarla, sabían que no sería lo más sensato.

Chenle se acercó a la mujer con Renjun siguiéndolo de cerca.

Mamá —saludó el menor, la mujer le sonrió en cuanto su mirada cayó en ambos recién llegados.

La mamá de Chenle se acercó con intenciones de abrazar a su hijo, y él la dejó, solo porque quería hacer todo rápido.

Compartieron un par de palabras antes de que la señora los llevara a la habitación en donde se estaba quedando el padre de Chenle.

—Los dejaré solos —su madre les sonrió devuelta y cerró la puerta detrás de ella.

Chenle se quedó parado sin querer moverse. Su padre estaba a unos metros de él, en una camilla y con una intravenosa en su brazo.

—Puedo esperar afuera si quieres —susurró Renjun, sin muchas ganas de dejar solo a su novio.

Chenle negó y buscó devuelta la mano del mayor.

—Seré rápido. No quiero estar mucho tiempo aquí.

Renjun volvió a asentir, cuando una tos los devolvió al presente.

Ambos se acercaron a la camilla, pero el mayor se detuvo a unos considerables metros de distancia de donde su suegro estaba reposando.

Chenle observó a su papá. Estaba confundido, ese señor le había puesto tantos obstáculos en el camino que sentía la necesidad de odiarlo, pero aunque quisiese, aún era el hombre que le había criado con tanta paciencia y dedicación.

Su ceño se frunció ligeramente mientras su padre buscaba fuerzas para abrir sus ojos. Chenle se sentía herido, pero también un poco triste de verse en aquella situación, y el nudo en su garganta no ayudaba mucho.

—¿Hijo? —se escuchó la voz rasposa de su padre.

Chenle soltó todo el aire que había estado conteniendo inconscientemente.

—Papá...

El hombre sonrió mientras le veía con los ojos entrecerrados. Chenle jamás se esperó que algún día vería a su progenitor tan... demacrado. Y la idea de perderlo pronto se asentó en su mente como una dolorosa advertencia.

—Necesito mis lentes... ¿Renjun-ah vino contigo?

Chenle volteó a ver a su pareja en cuanto ese viejo apodo salió de la boca de su padre. Renjun se encogió de hombros con clara sorpresa en su expresión.

—S-sí... vino conmigo, pero tranquilo, nos iremos en un rato.

—N-no es... —tosió un poco aquellas palabras a la vez que se reincorporaba en su camilla—. No es necesario, de hecho, creo que les debo una disculpa...

Chenle tomó una respiración profunda. Sintió el calor del cuerpo de Renjun envolverlo desde atrás y agradeció no haber estado solo en ese momento.

—Tal vez... Si hubiese sido un mejor padre... hubiese tenido la dicha de verte en tu graduación... O en tu primer día en la universidad... —la voz de su padre se rompió.

Ahí fue cuando Chenle se dio cuenta de la tanta falta que sus padres le habían hecho. Por muchos años se estuvo refugiando en Renjun y en sus suegros, pero no había nada comparado al calor de sus propios padres.

El señor rompió en llanto al mismo tiempo en el que Chenle no pudo evitar soltar algunas lágrimas.

—L-lo siento t-tanto, hijo...

La vida es corta. Chenle sabía que su padre estaba en un estado vulnerable y tal vez eso fue lo que le hizo cambiar de opinión, pero eso no le haría perder más tiempo del que ya había perdido.

—Está bien, papá. Ya pasó —fue lo único que pudo decir, no creía tener el tiempo para hacer más profunda la situación.

—R-Renjun-ah —llamó. Renjun le hizo saber que lo estaba escuchando—, ¿cuidaste a Chenle todo este tiempo?

Chenle sintió el apretón reconfortante de Renjun en su brazo y una sonrisa débil se escapó de sus labios.

—Cada día, señor.

El hombre sonrió—. Gracias... espero puedas perdonarme también...

Renjun no respondió, en cambio, dejó un beso en el hombro de su pareja para recordarle que estaba con él pasara lo que pasara, porque su responsabilidad era con él y nadie más.

Chenle no pudo haber pedido a otra persona más que no fuese Renjun para pasar el resto de su vida junto a él.






Les juro que ya vamos terminando esta historia heartwarming^^

Recuerden que siempre disfruto leerlos, cuéntenme qué les parece la historia.

Xoxo~

–Moon

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⏰ Last updated: Apr 01 ⏰

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