Diecisiete

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De alguna manera, Chenle y Jisung lograron llegar al dormitorio del menor antes de que ellos siquiera los pudieran alcanzar.

Renjun suspiró por enésima vez, intentando mantenerse sereno.

Todos quedaron en la puerta del dormitorio del menor entre todos, Renjun se preguntó si no estarían molestando al roommate del más alto.

—¡Chenle-yah! ¡Necesitamos hablar! —gritó el rubio a la puerta, su mano dando ligeros golpes para que el menor escuchara pero sin molestar de más a las personas de los otros dormitorios.

Renjun volteó a ver a su suegra cuando nadie respondió, quien andaba mordiendo su pulgar en un acto de ansiedad y su cara, con algunas arrugas por los años, mostrando una expresión preocupada.

Renjun sintió algo revolverse en su interior con molestia. Sabía por qué esa mujer se encontraba allí, pero seguía pareciéndole muy hipócrita su actitud.

—¿Está bien si seguimos aquí, Renjun? —preguntó Donghyuck en voz baja, sus dos manos tomando firmemente el brazo de Mark, el que se encontraba más cerca.

Mark y Jeno le miraron, preguntándole lo mismo con la mirada, Jaemin solo mordió su labio inferior, preocupado por los dos de sus mejores amigos. Renjun apretó sus labios.

—Son nuestros amigos. Y Chenle los necesita aquí, va a ser difícil para él —respondió, su mano aún sin abandonar la superficie de madera.

Ellos asintieron, si Chenle los necesitaba, ellos estarían allí para él, pasara lo que pasara.

Renjun volvió a tocar la puerta, más insistente que antes.

—¡Chenle! —gritó, perdiendo la paciencia.

La puerta se abrió de repente, pero solo un poco, la cadena del interior impidiendo que lo hiciera por completo.

—Hyung... —una voz mucho más grave que la de Chenle habló.

Renjun suspiró, moviéndose para ver mejor a Jisung.

—Jisung-ah, ¿podrías abrir la puerta? —intentó pedir, sonando más como una súplica.

Jisung mordió sus labios nerviosamente y miró hacia atrás, en donde suponían que estaba Chenle.

—Chenle dice que no quiere ver a nadie... —murmuró, algo que solo pudieron escuchar porque todo estaba muy silencioso.

Renjun soltó un sonido de frustración.

—¡Solo dile-! —respiró, su calma perdiéndose con el pasar de los minutos—. Dile que, en verdad, necesitamos hablar... Su mamá tiene algo que decirle.

Después de estar casi todo el tiempo en silencio, la mujer empujó un poco a Renjun para poder hablar ella con Jisung.

—Dígale a mi hijo que esto es serio... La familia lo necesita, su padre y yo lo necesitamos —lloró, pasando una mano para secar sus lágrimas.

Jisung frunció el ceño, reconociendo a la señora de la que su amigo le había contado.

Renjun rodó los ojos.

—...Deme un segundo.

Jisung volvió a cerrar la puerta, dejando a los chicos afuera con un sabor amargo.

Renjun se recostó de la pared al lado de la puerta y se cruzó de brazos. Jaemin, para ayudarlo, pasó sus manos por sus hombros, siendo agradecido por una sonrisa cansina por parte del mayor.

La puerta volvió a abrirse, esta vez dejando que los chicos y la mujer pasaran.

Todos fueron hacia la única cama que estaba vacía. La cama de Jisung.

R U D E | RenleWhere stories live. Discover now