Trece

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Era uno de los pocos días en los que Renjun se encontraba solo en casa, por varias razones realmente, una de ellas era que necesitaba hacer muchas llamadas al lugar que había alquilado para tener su noche con Chenle, estaba organizando lo de la comida y todo porque sí, sabía que lo mejor era cocinar él porque a su novio le encantaba su comida, pero solo le daba tiempo para cocinar el plato principal, por lo que tuvo que pedirle ayuda a su hermana.

Tenía que darle indicaciones de donde sería todo, a sus amigos que lo ayudarían con la sorpresa (gracias a Dios ya no tenía que esconderse de ellos, pero estuvo muchos días así) y en ese momento esperaba la llamada de Jisung para decirle que Chenle ya iba para allá, al mismo tiempo que esperaba que saliera el pollo del horno.

Se sentó en el mueble y empezó a jugar con sus manos mientras pensaba las mil y una formas en las que Chenle podía reaccionar a su propuesta, y no podía mentir, tenía miedo.

Estaba tan seguro de que Chenle le diría que si, pero no sabía cómo cambiarían sus vidas después de eso, aunque estaba dispuesto a dejarse llevar por el amor que le tenía al menor.

Eran muy jóvenes aún. Él, a diferencia de Chenle, ya estaba a punto de graduarse de la carrera de artes, junto a Mark y Haechan, que estudiaban otras carreras, por lo que estaba estresado al doble.

Pudo haber esperado a después de graduarse, pero para él, cada segundo contaba, y estaba seguro de su desición de pasar el resto de su vida con el menor.

Sonará muy cursi, pero también sabía que a Chenle le hacían mucha ilusión las bodas, así que en parte lo hacía por él. Renjun no necesitaba un papel para validar su amor por Chenle.

Pero con todo y eso estaba cansado, no había dormido bien, tanto por la universidad como por el tema de Chenle, pero no era algo que no hubiese experimentado antes.

Sus ojos se estaban cerrando, pero el sonido del horno lo devolvió a la realidad. Metió toda la comida en una canasta y se fue a tomar una ducha rápida. En cuanto salió, no perdió el tiempo en sacar la camisa cuello alto tejida amarillo mostaza, su favorita, y ponérsela junto a un pantalón más oscuro y unos zapatos de vestir. Dejó su cabello suelto y se colocó sus lentes, perfume y ya estaba listo.

Su celular sonó, tomándolo por sorpresa, pero no tardó mucho en responder la llamada de Jisung.

Heeyyy, ya Chenle salió de la habitación —se escuchó la voz de Jisung. Se notaba muy emocionado.

Todos ellos estaban en la habitación de Haechan y Mark, pero Renjun había puesto la ridícula excusa de que tenía que reunirse con sus compañeros por el proyecto que le haría graduarse, cosa que, obviamente, no había hecho.

Sin embargo, a Chenle no le tomaría mucho llegar al departamento.

—Bien. Los veo allá.

Ya vamos. Adiooos —esta vez Renjun escuchó a Jaemin, como siempre, muy escandaloso.

Renjun colgó tras rodar los ojos y respiró hondo.

No supo cuánto tiempo estuvo disociando en la habitación hasta que escuchó las llaves y luego la puerta ser abierta.

—Ok, Renjun. Tú puedes —se dio ánimos a sí mismo y salió de la habitación.

Chenle estaba colgando su chaqueta en el perchero cuando vio a Renjun y su mirada se abrió en sorpresa.

—¿Junnie? ¿No deberías estar terminando tu proyecto?

Renjun se acercó a un Chenle muy confundido y se posó en frente de él con una tímida sonrisa.

Por la cabeza de Chenle pasaron las imágenes de Renjun más joven, y cuando sintió su rostro más caliente supo que estaba sonrojado.

—Hoy es un día muy especial —dijo el mayor, sin saber muy bien como empezar.

El corazón de Chenle casi se salta un latido—. ¿Hoy es nuestro aniversario o algo? ¿¡Lo olvidé!?

Renjun solo pudo reír ante el drama de su novio.

—No, no. Lele, hoy quiero llevarte a cenar.

Chenle se relajó e inclinó su cabeza. Seguía confundido.

—¿Por qué hoy específicamente? ¿Pasó algo?

El pelinegro se la estaba haciendo difícil, pero Renjun previó eso, así que no se dejó desanimar.

—Chenle, solo ve a cambiarte. Juro que no es nada malo.

Chenle entrecerró sus ojos y se quedó un rato viendo a Renjun, intentando descifrar algo, pero se resignó al no lograrlo.

—Está bien. Iré a cambiarme, pero más te vale que no haya pasado nada, Huang.

Chenle desapareció por el pasillo y Renjun soltó todo el aire que había retenido.

—Dios, dame paciencia.





–Moon

R U D E | Renleحيث تعيش القصص. اكتشف الآن