Una falsa historia de Amor

James ajustó sus gafas y se echó para atrás en la silla donde estaba sentado. Sus ojos recorrieron a la mujer que una vez amó con locura, no quería sentir lástima, pero era eso, o simplemente nada.

Lily lloró al ver la evidencia de todo lo que había hecho por mantener su relación con James, lo que más dolía era saber que al final nada había sido suficiente. Molly era la única que conocía lo suficientemente bien cada una de las acciones en que ella colaboró, y que con la ayuda de Arthur y Albus lograron ocultar. Sin embargo, ahí se encontraba todo al descubierto y destinado a publicarse en El Profeta.

—¿Que tenías en la cabeza para hacer tanta estupidez junta?

—La culpa fue obsesionarse contigo, bien decía Severus que eras la peor elección.

James soltó una carcajada cínica que surtió el efecto deseado en Lily.

La mujer se hundió en la silla hasta casi parecer que quería convertirse en una con esta, Potter suspiró cansado.

—Te perdoné cada error, te di lo que pedías, permití que la fortuna de mi familia se acabará por tus caprichos, ¿Qué más querías para convencerte de lo que alguna vez sentí por ti?

—¡Tu amor! ¡Tú compañía! —exclamó la pelirroja levantándose con furia—. Días de compartirte con Sirius, Remus, Peter, primero en Hogwarts y luego en la academia. El Ministerio, Albus y finalmente Harry y Ariel. Siempre hubo algo o alguien más importante que yo.

Los ojos verdes de la mujer parecían arder, tan parecidos y tan diferentes a los de Harry, pensó James con tristeza.

—¿Cómo obtuviste la información? —cuestionó Evans buscando algo que beber en la cocina, debía calmarse si quería que su exesposo se apiadara de ella una vez más.

James le contó cómo un conocido se topó con el sobre en el escritorio del mismo reportero que le hizo la entrevista a ella y Ginny. Cuando leyó el nombre de él, creyó conveniente "traspapelar" la información, ya que estaban a portas de la reestructuración del Wizengamot con los nuevos herederos que se presentaron a reclamar, y la repartición de los puestos de las familias cuyas líneas de sangre se perdieron definitivamente.

—Mi amigo dedujo que cualquier escándalo significaría perder por completo el estatus de la Casa Potter en manos de algún oportunista —Lily asintió dándole la razón, eso no le convenía a ninguno de los dos. La voz de James continuó con la pregunta lógica a la situación que vivían—, ¿Que tenías en la cabeza cuando ofreciste a Harry? Acaso no pensaste que este pago era dañar el destino de nuestro hijo.

—Era un pago justo, una vida por otra —el gesto de burla en Lily causó extrañeza en James—. Además, puedo jurar que estás más enojado porque esos papeles demuestran que eres un inepto, y te deja tan mal parado con tus nuevos amigos, que porque Harry tuviese que casarse con Ginevra.

Lord Potter optó por no seguirle el juego a la mujer. Conocía lo dicho en esos papeles, aparentemente ella no se daba cuenta que, al ver el desvío de fondos, los gastos elevados y hacia quien iban dirigidos, sabrían que él era una víctima, Lily iría a la cárcel y se abriría una investigación cuyos resultados mancharían el buen nombre de cada uno de sus compinches.

—Dime la verdad James, ¿Para qué viniste? Ya no soy tu esposa, Harry y Ariel me repudiaron, así que no veo qué interés tienes en esto.

—Si el artículo se publica, te enfrentas a Azkaban o la muerte mágica.

Ninguna de las opciones eran apetecibles, la verdad es que si iba a prisión, Lily arrastraría a los Weasley y a Dumbledore, no iría sola porque ellos también ayudaron a que cometiera tantos errores.