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NOTA DE AUTOR:

El autor es un bld y se salió mucho del fandom de Countryhumans, pero por amor a sus lectores y a sus personajes sí o sí va a terminar su historia, los quiere mucho, por cierto.




A este punto el tiempo dejó de tomar demasiada relevancia para ambos. Tanto así que dos largas semanas transcurrieron rápidamente, para ser breves, habían sido mucho peores a la anterior.

El mayor se notaba mucho más demacrado que de costumbre, las ojeras remarcaban su pálido rostro, y era evidente la definición semi-esquelética de su silueta. Inclusive los comentarios de parte de las organizaciones con las cuales trabajaba no se hicieron esperar.

Era muy consciente de su salud yendo de mal en peor, y las constantes jaquecas se lo recalcaban diariamente.

No era como si el ruso estuviera en un mejor posición en todo aquello.

Apenas sí solía salir de su habitación para tomar algo y luego volverse a encerrar. Quizá su aspecto físico no se distinguía tan deteriorado como su el de su roomie, pero la condición de vida que seguía iba en declive de una u otra forma, alimentándose limitadamente con lo poco que el refrigerador resguardaba.

Se estaba acabando la comida de a pocos, pero él mismo no tenía iniciativa de ir a alguna parte.

¿Qué se supone que diría si alguien lo vieses en ese estado tan deplorable?

"Hola, sí, no he salido de mi zona por casi un mes. No tengo problemas con el compañero de cuarto al que me asignaron a la fuerza. Y si me veo así de podrido no es porque me siento vacío por dentro ,y lo único que realmente quiero es tener paz y un poco de comprensión por una vez en mi vida, ¿qué hay de ti?".

Se conocía lo suficiente como para saber que una de sus posibles respuestas sería esa.

Sus condiciones actuales estaban demasiado vulnerables como para saber que en cualquier momento rompería la frágil barrera entre el pudor y un colapso nervioso.

Pensar que ya era hora de aceptar que moriría de inanición en aquel hediondo cuarto hecho un desastre lo abrumaba.

Incluso con ese constante clavo en su zapato presente, abandonó su pieza una vez más para asegurarse de que no hubiera algo más con lo que podría atragantarse de lo que no se haya percatado, y una vez allí, deslizó su mirada como por quinta vez en ese día. Y aunque quisiera engañar a su mente, era obvio que desde hace una semana había estado evitando lo evidente en ese salón.

Sus ojos eran los testigos de la eminente evidencia.

No sabía si era tan emocionalmente débil, o su apetito jugaba en su propia en contra, pero ahora un maldito vaso de Starbucks lo estaba atormentando. Y su cerebro conocía a la perfección al culpable de dejar un envase diferente todas las mañanas, razón por la cual intentaba eliminar el objeto de su campo de visión una vez la oportunidad se presentara.

No aceptaría algo tan fácil de él, ¿cierto?

Su enfermiza dignidad y roto orgullo estaban en constante pleito con su necesidad.

Y clara fue que la avidez se declaró vencedora cuando tomó entre sus manos el vaso, que curiosamente, la temperatura se mantenía entre caliente y tibio.

Meditó por leves instantes luego de mantener su respiración por segundos antes de al fin resignarse.

—Tы снова выиграл, Люцифер.— El desgano en su mirar lo decía todo.

пошел на хуй [AMERUS/RUSAME]Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα