𝐒𝐨𝐥𝐨 𝐮𝐧 𝐛𝐞𝐬𝐨

212 26 2
                                    

10. Leah

Abrí los ojos y observe mi alrededor, había una arruga a mi lado y palpe la manta vacía y fría a mi lado. En un momento de debilidad deje caer mi cuerpo sobre la forma del cuerpo de esa mujer y cerré los ojos de nuevo. Y me permití recordar.

Los labios de Aeris habían sido repentinos, pero no por esa razón me había disgustado aquello. A decir verdad solo me hizo desear besarla de nuevo, y eso me enfadaba. 
Sentía como si de alguna forma estaría traicionando a alguien, pero ver la herida de Aeris en su brazo por culpa de mi negación hizo que todo aquello que podría "traicionar" importara poco o menos que anda.

- Leah - la voz de la vampira entrando en mi cuarto con sus botas hizo que me aferrara mas a las mantas de mi cama y escondiera mi rostro en ellas - Tu familia se ha ido - me hablaba calmada y con una voz suave, fruncí el ceño recordando su tono de voz fuerte y amenazador cuando le hablo a Sam - Si te resulta incomoda mi presencia puedo irme también.

- No hace falta - chasquee la lengua algo molesta y sentí un poco de calor en mis mejillas, me aparte de las manteas y deje de aferrarme a esa silueta - Gracias por venir - me senté adecuadamente en la cama y luego levante la mirada.

Me quede sin respiración viéndola apoyada en el marco de mi puerta, con su camisa medio abotonada, que dejaba ver sus clavículas y sus pantalones de vestir planchados a la perfección. Hasta ahora, no me había fijado en su estilo formal y perfecto.

- ¿Tienes hambre? - me pregunto con una sonrisa de lado remangando sus mangas y ajustando sus guantes. Me fije en su brazo sin heridas y sonreí inconscientemente - ¿Leah? - me llamo confusa ya que no le había respondido.

- Si, si tengo hambre - ella asintió y yo peine mi pelo disimuladamente. Aeris sonrío y dio unos pasos hacia mi - ¿Qué pasa? - retrocedí asustada, no por si me hacia algo, si no mas bien por la cercanía y ella retrocedió al instante.

- Bajare a cocinar algo - digo y me dio un ultimo vistazo antes de bajar las escaleras con tranquilidad y dejar mi corazón acelerado en mi cuarto. Trague saliva, y toque mis labios recordando de nuevo lo que había pasado hace unas horas.

- Penoso - susurre, refiriéndome a mis nerviosísimos como si fuera una adolescente todavía y camine hacia el baño, para darme una ducha rápida y poder esconder mi mal olor de sus agudo olfato sobrenatural.

Tarde menso de quince minutos en asearme al completo y me coloque unos pantalones y una camiseta de tirantes, como hacia un tiempo que solía usar después de mi transformación. Baje hasta el primer piso y seguí el olor a carne y sonidos de la sartén.

- ¿Sabes cocinar? - pregunte mientras dejaba de jugar con las puntas de mi pelo húmedo y me apoye la pared de la cocina. Aeris me miro y luego siguió agitando la carne en la sartén con una mano, mientras que la otra estaba detrás de su espalda.

- Seria preocupante si no supiera - apago el fuego y coloco el filete en un plato, mire la comida apretándome los labios y aguantando los chillidos de mis tripas - ¿Quieres algo mas? - coloco un tenedor alado del filete con patatas y me miro atenta.

- No, así esta bien - me acerque a la encimera y agarre el plato con el tenedor y el cuchillo, para luego sentarme en una pequeña mesa que teníamos para comer en la cocina - Gracias - le dije con una pequeña sonrisa y ella asintió para luego lavar las cosas que había usado a una velocidad asombrosa.

Mientras yo comía las cosas estaba en silencio, y algo incomodas cuando sentí la mirada de Aeris sobre mi. Intenté masticar sin prestarle atención y mirar por la ventana para observar el amanecer. ¿El amanecer?

- ¿Cuánto tiempo dormí? - Aeris miro el reloj de la cocina y creo que calculo vagamente las cosas en su cabeza.

- Tal vez día y medio - dijo como si no fuera nada y me atragante con la comida, la vampira me miro preocupada y acaricio mi espalda, aunque quito su mano rápidamente después de que me recuperara - Mastica bien.

𝐑𝐞𝐬𝐢𝐬𝐭 𝐥𝐨𝐯𝐞Where stories live. Discover now