𝐃𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐭𝐚𝐫

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El olor del mar era una de las fragancias que podia disfrutar en Forks, aunque este no fuera un territorio que pudiera pisar. De todas formas los lobos tardarían en llegar, y yo para ese momento ya estaría en el territorio de los Cullen.

Ajusto mis guantes de cuero y camino tranquilamente lejos de la zona visible para los humanos, para en cuanto entro al bosque corro rápidamente hacia la casa de los vampiros, ya escuchando a lo lejos los aullidos de los lobos.
Al pisar el territorio de Carlisle, e intentar ignorar un aroma dulce que se acercaba a mis fosas nasales, pase mi pelo largo hacia delante. Acariciando mi pelo ondulado mientras escuchaba a la familia caminar por la casa hasta la entrada.

- Aeris, bienvenida - el cabeza de familia bajo el primero las escaleras, recibiéndome con una sonrisa cordial como siempre - Te estábamos esperando - abrió sus brazos, como si quisiera correr hacia ellos - No has cambiado mucho.

- Tu tampoco - le doy una pequeña sonrisa y miro a su familia detras de ellos, mientras mantenían a una humana detras de ellos - Sabes que no estoy aquí porque me guste ser altruista - el rubio asintió y se hizo a un lado, para que el resto de la familia Cullen se acercaran.

- Bienvenida, te vi llegar hace tiempo - una chica bajita, de aspecto joven pero seguro que me rascaba la edad se acerco a mi y trato de abrazarme, pero logre bloquear su contacto físico levantado un poco solo mi mano - Esto también lo vi, pero podría haberlo cambiado - asiento, comprendiendo lo que dice ya que Carlisle me lleva hablando de su "familia" años.

- Bienvenida - dice el rubio alto, que acompañaba a la chica alta - Alice estaba emocionada de verte, demasiado - la mujer se abrazo al brazo de su compañero, que supuse que era Jaspes por su mirada tan incomoda con toda la situación.

- Ellos son Rosalie y Emmett - dice Carlisle para que deje de examinar a sus dos primero hijos como si estuviera analizando una amenaza - Chicos - la rubia se acerco con desconfianza, no se si porque esa era su personalidad o por mis ojos rojos detonantes, pero el pelinegro grandullón casi arrasa con sus hermanos para acercarse y ofrecerme una mano.

- Nada de contacto físico ¿eh? - retiro la mano mientras yo entrelazaba las mías delante de mi cuerpo - No te voy a partir la mano, tengo control de mi fuerza - fingió sacar musculo mientras Rosalie lo miraba con una pequeña sonrisa.

- No me preocupa eso - le aclaro tranquila y vuelvo a acariciar mi pelo mientras su compañera se gira hacia mi, examinándome de arriba a abajo. Como había hecho antes pero a una distancia controlada.

- ¿Vienes a ayudarnos? - pregunto directamente la mujer, haciendo que sus familiares la miraran de reojo preocupados.

- Se supone - le doy una sonrisa, ya que su personalidad me había resultado agradable. Había ido de cara probablemente a lo que todo el mundo queria preguntar - Tu padre me explico la situación, pero no me dijo que iba ha haber una fiesta de bienvenida - Rosalie miro hacia el suelo con una sonrisa mientras la ultima pareja se acercaba.

- Viene por defecto - dice la humana, haciendo que la pareja de vampiros con la que estaba hablando se aparten, para dejarme verlos a ambos. Como si tuviera que examinarlos antes de abrazarlos - Me llamo Bella.

- Me hablaron de ti - confirmo mientras veo a su pareja de reojo, mirándome con el ceño fruncido y estresado. Imposible que fuera por mi pensamientos - Parece que le gusta meterse en problemas - Isabella baja la cabeza y mira la suelo con una pequeña sonrisa.

- Bienvenida, Aeris - miro a Edward, que había cambiado un poco mas desde la ultima vez que lo había visto. Como sus ojos ahora dorados, mientras que cuando estaba conmigo eran de un carmesí perfecto - Gracias por haber aceptado la petición de Carlisle.

𝐑𝐞𝐬𝐢𝐬𝐭 𝐥𝐨𝐯𝐞Where stories live. Discover now