Oficialmente otra cita

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-Está bien te cubriremos con los chicos. Pero me debes una-. Hablo Pansy

-Gracias, chicas.

-Pero..., Hablo Daphne

-Nos debes de contar lo que suceda-. Termino de decir Astoria

Cuando tocaron la puerta y antes de abrir, me mire por última vez en el espejo.

-Te vez hermosa.

-Gracias, huroncito, tú también.

-Siempre.

-Eres un tonto.

-Y amas a este tonto.

yo lo mire antes de hablar.

-Tal vez.

-Nos están empalagando. Gritaron las chicas.

-Si, buenas noches. Les grito sarcásticamente antes de que tomara mi mano y avanzáramos.

El camino era cómodo, pero sabia sin saber a dónde iríamos y lo descubrí hasta que entramos a la oficina de Snape, la cual me sorprendió que estuviera abierta.

- ¿Como la abriste?

-Le pedí un favor y solo por hoy podré abrir su oficina.

-Le pediste usar su oficina, para nuestra cita, vaya, que romántico.

-No le pedí usar su oficina para nuestra cita, si no la chimenea, ya que no está vigilada podremos irnos.

- ¿Y a donde iremos?

-Es secreto, así que te taparé los ojos-. Después me puso su bufanda y nos fuimos, menciono un lugar que no alcance a escuchar.

-Caminaremos un poco, te guiaré.

-Está bien.

-Buenas tardes-. Hablo una voz desconocida después de caminar varios minutos.

-Buenas tardes, tengo reservación a nombre de Malfoy, Draco Malfoy.

Después de eso avanzamos nuevamente.

- ¿Ya me vas a decir en donde estamos? Hable sonriendo.

-No

Draco

Íbamos caminando a la zona privada del restaurante para que solo estuviéramos ella y yo.

Mientras cruzábamos la gente nos veía raro, pues éramos dos jóvenes riéndonos y una, con una bufanda en los ojos. Pero no me importaban los muggles presentes.

Nos encontrábamos en el último piso de un edificio, este era un restaurante, uno de los mejores y más exclusivos de Paris, había varias familias presentes y ancianos tratando negocios, tal vez por eso nos veían raro al igual que nuestro comportamiento, pero deberían de agradecer que tenían el honor de conocer a un Malfoy y de que no les tirara un crucio.

No había sido difícil venir hasta acá, ya que Snape me había prestado la chimenea y mis padres me habían dado dinero de las bóvedas de gringotts para cambiar a dinero muggle que no sabía cómo funcionaba.

-Bien llegamos. Hable mientras le quitaba la bufanda de los ojos.

-Es hermoso.

-Me esmere en dar las indicaciones de como tenía que estar.

Katherine.

El lugar era maravilloso, un balcón privado que daba la vista perfecta, ya que, se estaba metiendo el sol y los colores eran divinos, había una mesa acomodada para dos personas con velas y rosas.

Siempre juntosOnde histórias criam vida. Descubra agora