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Días desde la desaparición de Alba: 6
Días hasta la graduación: 37

Al parecer, margaritas al revés es el nombre de un juego sin ganadores y unas reglas bastante básicas. Álex se coloca en un extremo del jardín mientras un futbolista le vierte tequila y mezcla para margaritas directamente en la boca, y luego otros dos colegas del equipo lo agarran por los brazos extendidos y lo lanzan por el jardín.

—¿Y ya está? —pregunta Natalia a María cuando Álex sale propulsado y acaba de cabeza sobre unos flotadores hinchables—.  Eso no es un juego. Es una conmoción cerebral.
—Bueno, normalmente es más bien un golpe en los morros que un impacto fuerte sobre la cabeza —señala María a su lado. Natalia se fija en que tiene unos hoyuelos muy bonitos y se ha puesto adornos plateados en el pelo—. Lo de perder los dientes no lo decía en broma. Deberías pedirle a Carlos que se quite la dentadura postiza. Es su truco favorito en las fiestas.
Natalia se queda mirando a Carlos, el tipo que sujeta la mezcla para margaritas.
—Entonces, la zona de aterrizaje protegida es nueva.
—Por lo menos, ya no van en coche a los pastos de vacas como hacían antes —dice María.

Se marcha para rellenarse el vaso y Theo ocupa el espacio que deja libre.
—¿Dónde la has encontrado? —pregunta en voz baja.
—¿Acaso importa? —dice Natalia.
Theo suspira.
—Supongo que no. ¿Qué pone?
—No sé si te gustará.
Theo tarda un segundo en reaccionar. Luego chasquea la lengua en voz baja y niega con la cabeza.
—Vale —contesta—, cuéntamelo más tarde.
Natalia asiente y Theo va a buscar otros dos vasos de Coca-Cola y la fiesta continúa.

Mientras observa cómo los deportistas salen volando por el jardín y las clases inferiores juegan al ping-pong en la isla de la cocina exterior, Natalia se pregunta cómo encaja Alba en ese ambiente. ¿Se limita a quedarse sentada en el borde del jacuzzi como Suzete Correira, con el collar de la cruz de plata metido por el canalillo que le forma el bikini? ¿Menea las caderas al ritmo de la música con Ruslana y las otras chicas del grupo de baile? ¿Se abre paso a codazos entre los chicos, como María?

Tal vez haga lo mismo que está haciendo Natalia: intentar no pensar en los deberes y, en su lugar, dejar que el ruido y el subidón de azúcar y la presencia cálida de Theo a su lado la convenzan de que podría aprender a divertirse con eso.
A Paul le toca el turno de las margaritas del revés justo cuando alguien cambia la playlist del rap de SoundCloud a The Killers, y Natalia se fija en cómo lo mira Theo mientras lo lanzan por los aires y cae totalmente fuera de los hinchables.
Paul se levanta tratabillando; tiene briznas de césped pegadas al pecho desnudo y la mezcla de margaritas le resbala por la barbilla. Theo se ríe tanto que casi se atraganta con la pizza. Ahí tiene a Theo en estado puro, sin filtro, piensa Natalia; nunca se había planteado que estuviera a la defensiva cuando habla con ella.
Paul se acerca haciendo eses, le pasa el brazo por el hombro a Theo y se limpia la cara en la camiseta de su amigo.
—¡Tío, me encanta esta canción! —anuncia Paul. Sacude los hombros, agradecido por la playlist—. ¿Sabes qué me parece muy gracioso? Que termina la canción y nunca dice si está celoso del tío o de la tía.
Natalia arquea una ceja y lo mira.
—Me sorprende que lo sepas.
—Natalia —responde Paul con sonrisa de  superioridad—, todo el mundo conoce Mr. Brightside.
Mira con atención a Paul y a Theo. Son simpáticos con ella. Tipo sospechosamente simpáticos. Se pregunta si se trata de esa escurridiza clase de capullada, la falsedad burlona de los niñatos populares. Pero es imposible mirar la cara tontorrona de camarero de chiringuito que tiene Paul, o la sonrisa ancha y preciosa de Theo, y ver malas intenciones.
—Te toca —le dice Theo.
—No —contesta Natalia—. Ni hablar. No bebo.
—Colega —dice Paul—. Yo tampoco. Lo he hecho solo con la mezcla.
Lo mira con desconfianza.
—Pero pareces borracho.
Paul se encoge de hombros.
—Es mi personalidad, nada más. Venga, va.

He besado a Alba Reche Место, где живут истории. Откройте их для себя