22.- Compras navideñas.

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Después de unas cuantas peliculas y recordar retomar su desayuno, la pareja decidió tomar un baño por separado, alistandose para salir a almorzar juntos, propuesta de la chica, quien casi le suplicó al mayor para que lo hicieran, pues la navidad e...

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Después de unas cuantas peliculas y recordar retomar su desayuno, la pareja decidió tomar un baño por separado, alistandose para salir a almorzar juntos, propuesta de la chica, quien casi le suplicó al mayor para que lo hicieran, pues la navidad estaba muy próxima y quería comprar algunos que otros regalos para los hermanos Lan, pero obviamente no iba a decirle eso.

Ella se sorprendió cuando el mayor, unos días antes, le había dicho que su familia era muy tradicional, pero que ese tipo de ocasiones, las cuales eran mas tradiciones extranjeras, no solían festejarlas, así que la navidad obviamebte siempre era un día más o un día menos en su casa.

Claramente la madre de ambos no pensaba así y, recibiendo solo un suspiro rendido y divertido en partes iguales por su padre, ningun año había pasado desapercibido y bajo su cama cada mañana del 25 de diciembre encontraban más de algún regalo de todas las cosas que siempre querían.

Desde que comenzaron a ahorrar lo suficiente, siempre trataron de darles regalos a sus padres en forma de agradecimiento, pero de igual forma no había año en que sus papás siguieran sorprendiendolos con las cosas que más anhelaban.

El año pasado fueron instrumentos para Lan Huan, mientras que Lan Zhan recibió un montón de libros nuevos que su madre sabía que había estado tratando de buscar y que ella logró conseguir autografiado en el extranjero.

Claro, no todas eran novelas, algunos eran de su rama, para poder profundizar sus estudios, ya que extrañamente, al Lan menor le interesaban bastante las leyes y normas en los paises extranjeros.

XiChen no lo juzgaba, pero mientras cada quien hiciera lo que le gustara, él era feliz.

—¿Llevas tus llaves? —la chica lo miró extrañada, colocandose su gabardina y su gorro navideño de color negro.

—¿Para que los llevaría si vamos juntos? —el mayor sonrió, colocandose también un par de guantes blancos que hacían juego con su bufanda.

—Solo por si llegaras a salir a otro lado, nunca salgas sin ellas.

—Vaya, asi que eres precavido, eso va a la libreta, Er-ge —y de forma coqueta, le guiñó un ojo, ganándose un casto beso sobre sus labios antes de salir.

Esta vez sí optaron por usar el auto del Lan debido a la nieve que había estado cayendo esos días . Extrañamente, aunque se había pronosticado una tormenta, no cayó la cantidad de nieve esperada, lo cual facilitó el trabajo de limpieza de las calles y de las aceras de la casa, trabajo del jardinero de los Lan, quienes gracias a Dios no tenían que molestarse en hacerlo.

Huan odiaba estar empapado y congelado, y bueno, no se diga Zhan.

—Vaya —la chica habló, captando nuevamente su atención pese a que estaba reverseando su auto para salir del garaje y después cerrar este —. Muy pocas veces me he subido a sus autos pero debo admitir que estos asientos son bastante cómodos —ella sonrió, acomodándose mejor y apoyando su mano sobre la de su novio, que reposaba en la palanca de cambios una vez que iniciaron el recorrido.

Polos Opuestos {WangXiXian}Où les histoires vivent. Découvrez maintenant