En el club de River Plate, Zoe, una apasionada jugadora de hockey, choca con Felipe (Pipe) Otaño, un fanático del club. A pesar de un encuentro conflictivo, terminan desarrollando un vínculo especial que desafía sus percepciones.
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- Y que onda Zoe, como va en el hockey?, de que jugas? - le preguntó Blas tratando de sacarle conversación.
- Supongo que me va bien qsy, juego de 11 como delantera - le dijo para después sonreirle.
- Que piolis, algún día de estos nos invitas a un partido tuyo eh - dijo Fran uniéndose a lo que ella solo respondió con una sonrisa mientras soltaba una carcajada.
- Seguramente sos alta delantera - se unió Simon.
- Es medio bruta jugando pero es una jugadoraza la tonta - dijo Juani pasando su brazo por los hombros de Zoe.
- Ya nos dimos cuenta que es bruta por el bochazo que me dió y como me dejó la pierna - dije sarcásticamente.
- Boe Pipe, deja el drama, los golpes sanan - dijo Mati abrazándome y todos soltaron una carcajada, excepto la rubia que al parecer mi comentario le había caído mal.
- Y jugas partidos?? - dijo Agus.
- Sisi, el finde que viene tengo uno super importante - respondió.
- Podemos ir?? - preguntó Simon.
- Obvio, estan todos invitados - dijo mientras me miraba con una sonrisa sarcastica.
- Dale entonces nos vemos ahí -
Finalmente la hora de irnos había llegado. Ya me encontraba subiendo las escaleras de mi departamento.
Al ingresar me dirigí a mi cuarto y me puse el pijama ya que eran las 2 de la mañana y ya me iba a dormir.
Me acosté sobre mi cama y me puse a ver un rato el celu. Al conciliar el sueño deje el celular a un lado y me dormí.
[...]
El domingo próximo ya había llegado, eran las 9 de la mañana y Zoe jugaba a las 10:30. Dude un poco en ir, la verdad que me parecía una mina insoportable y tampoco quería recibir otro bochazo de su parte ya que por fin me había recuperado del anterior.
Mi celular comenzó a sonar y me pude percatar de que una llamada proveniente de Blas se iluminaba en la pantalla, lo atendí.
- Hola Pipe, venis?? - preguntó del otro lado de la línea.
- Nono, es que es insoportable y no tengo ganas de fumarmela, tampoco quiero que me pegue otro bochazo así que mejor me quedo - respondí.
