Three. En su camino

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—No soy niño ni niña, solo soy Jimin. —murmura en voz baja, sin saber cómo calificarlo y yéndose a su cuarto.

Saldrá por la noche, con la esperanza de conseguir lo que necesita. Encontró la casa de un magnate, será cuestión de robar un par de cosas y ¡Listo!

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Lo asombra lo enorme que es la casa de la persona. Hasta donde sabe, son los dueños de una empresa farmacéutica muy importante. Adentrarse no fue fácil, pero pudo hacerlo gracias a su complexión y flexibilidad.

Una vez dentro, no sabe a dónde mirar. Hay demasiadas cosas bonitas en esta casa de corte tradicional coreano. Le ayuda que las puertas sean para deslizarse. Toma algunas cosas. Un par de adornos, prendas que están desperdigadas sin orden. Se detiene en algunas fotos familiares.

—Gemelos. —murmura curioso de los dueños de la vivienda y negocio, junto a ellos un par de niño exactamente iguales. El primero con una postura erguida y sonrisa confiada hacia la cámara, el otro con la mano tomada a su madre y gesto intranquilo, casi triste.

Jimin continua con lo que hace, con la esperanza de llegar a la habitación de la madre. Ella debe tener muchas cosas lindas. Podría llevarse varias. Debido a un sonido se esconde tras una cortina tradicional, en espera a que el ruido se marche.

— ¿Cómo va Second Chance?

—Sobrevivió a lo peor. Yo diría que es el verdadero Second chance.

—Que chiste tan malo.

Ambos se marchan y Jimin aprovecha que hay una ventana para salir por la misma. Abraza su mochila y hace puchero, quería toma más cosas, pero si hay gente dentro no puede hacerlo. Sería muy molesto que llamen a la policía.

Al salir del terreno y andar por la calle contabiliza lo que tomó. Es caro, puede funcionar, pero aún necesita muchas cosas. El problema actual es que tiene a una ¿Mafia? Siguiéndole el paso por el asesinato de uno de sus cabecillas, también el robo de posesiones, una aparente búsqueda por vender pornografía infantil (¿Eso se puede? Es a él a quien están traficando); en fin, un listado de cosas que lo irritan muchísimo.

Lo que menos lo preocupa es el asesinato. En realidad, es insano lo poco que le importa el asunto.

— ¿Por qué entraste en esa casa?

Se detiene cuando le preguntan. A su derecha, un auto estacionado y un hombre fumando. Jimin ladea al cabeza, sus anillos son bonitos.

— ¿Eres un ladrón solo por qué sí? —pregunta soltando humo—. Debería acusarte de una-

—Me gustan sus anillos—murmura en voz baja, más para sí mismo que para el contrario, acercándose—. Los quiero. —Lo toma de la mano y pretendía quitárselos. El hombre lo coge de la muñeca y Jimin se ve obligado a subir un poco la mirada, pero nunca consigue verlo del todo a la cara. Dando reclamos uy quejidos ¿Por qué lo tocan? No quiere que lo toquen.

— ¿Eres estúpido?

—No.

— ¿Entonces? ¿No escuchaste lo que te dije? —Lo toma del rostro y Jimin da un quejido, removiéndose—. ¿Quieres dinero para qué? ¿Tu familia se muere de hambre o algo así?

—No. Ellos qué importan. Quiero ser Altered.

Jimin lo ve a los ojos por un instante. Definiendo como repentinamente, hay un destello de interés. Lo libera y Jimin se aparta, sacudiéndose y dando quejidos de desagrado por el contacto. La puerta del auto se abre.

—Puedo ayudarte con eso si realmente quieres ser un Altered.

Jimin levanta las cejas y abraza más su mochila antes de subir al auto. El hombre sonríe y hace un gesto al chofer—. Sigue manejando, vamos a mí casa. Será más cómodo hablar ahí... Soy Kim Nam-Joon. Espero que de verdad pienses en hacer lo que dijiste.

Se quita el anillo el dedo medio y se lo entrega. Jimin admira lo mucho que brilla: oro con un rubí incrustado. Se lo pone y da un chillido de emoción, zapateando. Namjoon permanece observándolo todo el camino. El cabello negro y ligeramente rizado, las mejillas rellenas, los labios gruesos y esa presencia tan pelicular que desprende.

Le recuerda a alguien más, tal vez por eso está tan convencido de llevarlo a su casa a pesar de ser arriesgado. Pregunta cosas básicas, algunas son respondidas y otras no. Se cuestiona si tiene alguna condición que lo haga neurodivergente. Parece ser el caso. Jimin le dio su edad, que viene de Busan y no mucho más.

— ¿Sacaste eso de la casa?

—Sí. Es lindo.

Admira la figura de cristal en forma de gato y Namjoon da un ligero tarareo.

Black Cat | KookMin || BOOK 2#Where stories live. Discover now