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Sentía un olor raro, pero rico en el aire. Aun seguía media dormida. Muevo mi cuerpo tratando de acercarme más a Justin, pero no esta. Abro los ojos, sin duda no esta. Me hago camino hacia la cocina, pero allí tampoco está, así que decido salir para al balcón. La vista era hermosa, desearía poder tenerla todos los días, solo con verlo me alegraría la mañana, tarde y noche. Siento que me toman de la cintura y colocan su mentón en mi hombre. Me giro levemente y estaba el sonriendo, con tan solo un bóxer.

—Buenas tardes.— dice y deja un corto beso en mis labios.

—¿Tienes hambre?

—Muero de hambre.— admito.

—Vamos, ven. Te hice algo especial. Ponte esto.— me enseña nuevamente el pañuelo.

—¿En serio? ¿Otra vez?— rodé los ojos.

—Vamos, será tan solo un juego.

Sus ojos eran suplicantes, sabia que de todas formas no le diría que no. Rendida, acepto y lo coloca en mis ojos.

—Bien, empecemos con esto, es algo fácil. Abre la boca.— me dije una vez que llegamos a su destino.

—¿De qué va esto Justin?— pregunto confundida.— ¿Qué no íbamos a comer?

—Confía a mi. Abre la boca.

Suelto un suspiro y así lo hago. Siento como pone algo frío en mi boca. Era liso y pegajoso. Tenía un sabor ligeramente dulce, delicioso.

—Venga. ¿Qué es?

—Mango.— suelto segura.

—¡Correcto! ¡Vamos con otra!

Esta vez siento una textura rara, agría para ser exactos. La introduce en mi boca y la saboreo mejor.

—¿Qué tal?

—Es agría... pero no termino de descifrar qué es.

—Toma otro bocado.— dice para poner otro trozo en mi boca. Vuelvo a degustarlo. No estaba mal.

—Es... ¡Carne de res bañada en salsa de naranja!

—Venga muñeca, se te da bien esto.

—Mis gustos están refinados.— suelto una pequeña carcajada.

—El otro. Abre la boca.— así lo hago, esta vez era una cuchara. Tenía una crema, algo espesa. Tenía un sabor dulce. Nunca la había probado, pero me encantaba. Quedaría perfecta con unas rodajas de pan.

—Este... no sé, pero es una salsa. Tiene un sabor muy dulce.

—Otra más.— me da otra cucharada.— Abre la boca.

Siento el sabor nuevamente. Tenía un ligero sabor a maíz. Claro.

—¡Crema de maíz!

—¡Bien muñeca! ¡Acertado!— sabia que estaba sonriendo.— Una última.

Asiento. Las estaba ganando todas.

—Abre la boca.— vuelve a decir, no rechisto y lo hago. Segundos después siento una textura gruesa y larga entrar en mi boca. Por instinto echo mi cabeza hacia atrás. Vaya.— Venga muñeca, tan solo chúpalo y pruébalo. Dime qué es.

Rápidamente me deshago del pañuelo. Ahí estaba Justin, sonriendo y con los bóxers abajo.

—¡Eres un cerdo Bieber!— le acuso.

El suelta una carcajada.

—Venga muñeca, como si fuera la primera vez... además extraño la sensación de tu boca aquí.— soltó acariciándose levemente. Este hombre estaba completamente loco. Pero así le quería. Era mi loco. Ya se imaginan lo que paso después.

—¡Joder la mejor que he recibido en mucho tiempo!— exclamó mientras se subía los bóxers.

—¡Venga Justin!

—Que me callo.— soltó dándome un pico en los labios.— A comer que me muero de hambre.— tomo mi plato y el suyo. Era filete de res con salsa de naranja, ensalada con crema de maíz y uno que otro trozo de frutas. Se veía delicioso.

—¿Cuándo aprendiste a cocinar?

Me había sorprendido, claramente. Justin era un desastre en la cocina.

El se encogió de hombros.

—He aprendido mucho en estos últimos años.

—Esta delicioso.— digo una vez que me dispongo a comenzar a comer.

Por él me volveré loca.

Secuela WhatsApp ➳ j.bWhere stories live. Discover now