Capítulo 4:Rastros De El Pasado.

239 17 4
                                    

゚+*:;;:* *:;;:*+゚゚+*:;;:* *:;;:*+゚

Stefano Hills.

Sonrío al ver el desconcierto en el rostro de la mujer acorralada contra la pared mientras saco mis dedos de su interior junto con Said. Su cuerpo está hecho un desastre, temblando, sudando, con las bragas mojadas. Sus ojos oscurecidos reflejando placer, incapaces de apartar la mirada mientras ella asimila todo lo que está sucediendo.

El shock de ella se desvanece y rápidamente nos cachetea a mí y a mi hermano para ajustarse las bragas y el vestido al escuchar las voces de nuestros hijos, antes de alejarse de nosotros. Said se ríe y se acaricia la mejilla, mientras yo me río de esta situación y saboreo suavemente mis dedos, impregnados con su aroma y sabor.

—Tiene una mano dura. —comenta Said entre risas.

—Y su sabor es exquisito —añado con diversión, ajustándome la ropa antes de ir con mi hermano hacia un trabajador de la mansión para que este avise de nuestra ausencia. Eso nos dará tiempo para hablar también con Uriel sobre los horarios de esta mujer.

Annie.

—Jóvenes, señorita Sprouse, lamentablemente, los señores Hills no se encuentran disponibles, pero han asegurado que ustedes están en casa y que nosotros podemos atenderlos correctamente.  —informa la aparente trabajadora de confianza de la mansión, mientras no puedo evitar pensar, ¿Cómo no estar indispuestos con las monstruosidades que asomaron en sus pantalones...?

—Entonces, ¿qué haremos aquí si ellos no estarán? —pregunta Ciel y se mira con sus hermanos con confusión.

—Podrían...

—Nos vamos. —interrumpo a la mujer, quien me mira sorprendida.

—¿Está segura? Los señores no han...—me dice incrédula.

—Pregúntame cuánto me importa lo que dijeron sus señores. Si vine y traje a mis hijos fue para que Ciel conociera más de su familia biológica, de su tío y su padre, pero si ellos no están aquí, entonces no tenemos nada que hacer aquí. —concluyo, tomo la mano de Mavis y jalo a Louis del brazo hacia la salida. Logan protesta pero nos sigue junto a Ciel hasta mi auto, mientras que la molesta trabajadora nos sigue tratando de convencernos de que no nos vayamos.

—¡Señorita! ¡Espere! —grita, pero ignoro sus llamados. Subo al auto con los chicos, nos abrochamos los cinturones y arranco sin mirar atrás, saliendo de la propiedad Hills.

Durante la cena, los chicos comentan emocionados sobre la magnitud y opulencia de la mansión Hills, mientras yo los observo en silencio. La tensión aumenta cuando Bruce llega, quitándose el saco y sentándose en la cabecera de la mesa.

—¿Qué pasa? ¿Van a quedarse callados? Sigamos hablando.

—Nosotros ya nos vamos, mamá —me dice Ciel, llevando a sus tres hermanos y dejando la mesa.

—Y luego dicen que soy yo el que no quiere hablar con ustedes. ¡Desagradecidos!

—Bruce, cierra la boca —le digo, lanzándole una mirada asesina, pero bajo esta para notar una mancha de labial rojo en su camisa y... chupetones en su cuello. — Sinceramente, no estoy para tus tonterías.

—¿Mis tonterías? Ellos son los que se hacen los duros.

—Oh, ¿por qué será?

—Bueno, no empieces, estoy muy cansado para tus reproches. —me hace rodar los ojos y niego dejando el cubierto en mi plato. —¿cómo te fue en la visita a esos narcos? —increpa provocandome un poco de tos.

—Estuvo bien... Nos invitaron a comer, hablaron con Ciel, nos hicieron un recorrido por la mansión. —omitiendo la parte donde me masturbaron los dos contra la pared hasta provocarme el orgasmo de mi vida.

Cautiva De Dos Sombras.Where stories live. Discover now