Ni idea de lo que significa todo esto —dice Theo, y baja la tarjeta a un lado de su cuerpo.
Leo inclina la cabeza e intenta leer de lado las palabras.
—No creerás que ha acabado como Liam Neeson en Venganza, ¿verdad? —pregunta Natalia.
—No.
—Entonces, ¿se habrá ido por propia iniciativa?
—Supongo.
—¿Y si está huyendo de la escena de un crimen? Tal vez haya matado a alguien...
—Lo dudo
Leo yergue la espalda e interviene:
—¿Y que te importa?
Uf
Theo hace una pausa y luego cierra la taquilla
—A ver, inténtalo otra vez.
—Buf, no sé —dice Leo—. ¿No pensabas dejarla por las groupies de la liga de fútbol después de la graduación? Ahora lo tienes mucho más fácil.
—Auch —suelta Natalia.

Theo se muerde la comisura del labio y asiente despacio moviendo la barbilla, como si Leo fuera un pateador enclenque de cuarenta kilos de un equipo visitante. Entonces saca el móvil, lo desbloquea y se lo muestra.
Está abierto por el registro de llamadas y todas las que salen (diez llamadas solo en las últimas dos horas) son a la misma persona. Alba, Alba, Alba, Alba, Alba.

—Paul y yo nos recorrimos en coche hasta el último rincón de False Beach para ver si la encontrábamos —dice Theo —. Miramos en todos los sitios a los que le gusta ir, comprobamos si estaba en el Cinemark de Houghton o en el Sonic o en ese parque con tantos magnolios que hay cerca de Dick's Sporting Goods, pero no estaba por ninguna parte. Me pasé horas buscándola. Así que, si, me importa.

La expresión de Leo es la del cursor que parpadea al principio de un documento de Word en blanco, así que Natalia toma la palabra.
—Entonces, nos necesitas —le dice a Theo—. Salta a la vista que esto es... una especie de rompecabezas que Alba ha preparado para nosotros y cada uno tiene una pieza. En cuanto lo resolvamos, sabremos dónde está.
Theo porfin aparta los ojos de Leo para mirarla a ella 

—¿Y tu pieza del puzzle dónde está?
—Aún tengo que averguarlo —se queja Natalia—. Pero no tiene sentido buscarla si no podemos ponernos de acuerdo en que tenemos que ir todos a una.
Theo vuelve a fijar la atención en Leo.
—¿A ti te parece bien?
—Mira, ojalá me la sudase todo esto, pero no es así —dice Leo, que por fin se ha recuperado—. Si Alba se empeña en nombrarnos a los tres, seguramente significa que debemos estar todos aquí, así que no voy a darle más vueltas. Lo haré.
—Yo también —añade Natalia—. Es decir, que si quieres averiguar dónde está tu novia, tendrás que aceptar que nos haya besado. O sea, rápido.

A su alrededor, el resto de Willowgrove va entrando con cuentagotas a la primera hora de clase y todas y cada una de esas personas se paran un segundo a mirarlos al pasar. Natalia Lacunza, la que sacó casi la máxima puntuación en el examen de acceso a la universidad. Theo Smith, el santo que ha dado a Willowgrove el título de campeón del estado dos años consecutivos. Y Leo Jones, famoso sobre todo por inundar el laboratorio de biología a propósito. Que los tres ocupen el mismo espacio está abriendo una brecha en el continuo espaciotemporal de Willowgrove.

Salta a la vista que Theo está haciendo cálculos mentales.
No cabe duda de que Leo y él estarían dispuestos a hacer casi cualquier cosa antes de pasar un segundo en compañía del otro, lo que significa que la vida de Natalia está a punto de convertirse en un tornado infinito de egos, pero podrá soportarlo siempre que le permitan tener una victoria merecida. Igual que la Escuela Cristiana Willowgrove, es un mal necesario.

—También me apunto, supongo —dice Theo. Mira de reojo a Natalia—. Ahora entiendo a qué se refería Alba cuando hablaba de ti.
Natalia parpadea
—¿Qué te dijo de mí?
—No te preocupes por eso.
—Genial —dice Natalia, por supuesto, ha empezado a preocuparse—. Pero si hay algo que debamos saber, como si ha dicho o hecho algo raro últimamente, deberías contármelo.
—Contárnoslo —la corrige Leo.
—Contárnoslo —repite Natalia.

—Lo único raro —dice Leo por fin— es que no paraba de decir que no podía quedar porque tenía deberes. O sea, lo hace a menudo, pero me refiero a que sacaba la excusa de los deberes mogollón de veces. Así que supongo que... Quizás estaba haciendo otra cosa.
—A veces con Alba cuesta saberlo —dice Theo—. Algunas veces simplemente desconecta. Tipo que no responde a los mensajes durante un fin de semana entero o pone el teléfono en modo avión, sin explicaciones, y dos días más tarde es como si no hubiera pasado nada.
—¿Y qué haces? —pregunta Leo—. Cuando se esfuma.
—Hasta ahora nunca había tenido que hacer nada —dice Theo—. Siempre volvía.

Grupo de chat
Participantes: Natalia Lacunza, Theo Smith y Leo Jones

Natalia: he creado un chat, por favor, no respondáis salvo que tengáis info de AR.

Theo: ok

Natalia: Smith, acabo de decir que no respondáis.

Theo: sorry

*Natalia ha cambiado el nombre del grupo a "he besado a Alba Reche"*

Leo: 😬

Theo: ni hablar

*Theo ha borrado el nombre del grupo*

Natalia: no sé por qué te cabreas si es verdad



Bueno pues hasta aqui el cap, que opinais de Theo y Leo? Y donde creeis que estará Alba?

He besado a Alba Reche Where stories live. Discover now