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No era lo que yo quería... Pero tal vez era lo que yo necesitaba...
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Mi vida no era algo de otro mundo ni tan emocionante por así decirlo, si la basas en una palabra sería "repetitivo".
Y esa rutina es lo que al final me hizo ver que sería así para siempre si no cambiaba eso se convertiría en algo tan agobiante por el resto de mi vida... ¿Pero que más podía hacer?
No era alguién especial como para cambiar eso de un día para otro, solo era una pequeña hormiga en un mundo que desde que creces te das cuenta que es sobreexplotado por la sociedad...
No poseía poder, ni riquezas, ni tampoco alguna habilidad en especial que me hicieran destacar más...
Solo era yo... intentando sobrevivir, tratando de encajar en esa sociedad tan agotadora esperando el día en el que por fin pueda descansar...
Sin preocupaciónes, sin decepciones y sin expectativas de lo que pude haber sido o ser...
¿Qué hubiese pasado si no me hubiese rendido..?
En primer lugar... ¿en donde estába? ¿por qué todavía siquiera sigo pensando? ¿no debería estar muerta ya?
— Eres un caso especial, no pensé que en verdad lo harías...
¿Qué? ¿cómo es que me escuchas si ni siquiera estoy hablando? Y... ¿en dónde estoy?
— Permíteme.
Pronto la oscuridad en la que creía que siempre sería parte de ella desapareció al tan solo el chasquido de aquel ser extraño, caí al suelo enseguida sientiendome fatigada por el peso de mi propio cuerpo, no podía levantarme, sentía que en cualquier momento caería si lo intentaban.
— No te preocupes, yo lo arreglo.
De repente sentí una brisa refrescante rodearme, desapareciendo aquella fatiga que crei que nunca se iría. Finalmente pude abrir mis ojos con algo de dificultad mientras trataba de ponerme de pie con ayuda de mi rodilla.
No pude asimilar aquel ser parado frente a mi a unos cuantos metros de distancia, no podía explicar lo que era, parecía ser un hombre y una mujer al mismo tiempo.
— Y dime... ¿cómo te sientes?
— ¿C-cómo? ¿en dónde estoy? —trate de observar a mi alrededor buscando asimilar si estaba soñando o no.
— Te tiraste desde un quinto piso, haciendo que murieras al instante y entonces... aquí estás —dijo tajantemente.
Abrí los ojos sorprendida, sin imprevisto mis recuerdos empezaron a mostrarme cada acontecimiento que había vivido como si de una película se tratase, desde mi nacimiento hasta mi muerte...
