Capítulo diecisiete

46 6 1
                                    

2022

Abrió los ojos en medio de un sueño intenso. O, más bien, de un agridulce recuerdo. Baekhyun se restregó el rostro soltando un suspiro, divisando en la distancia la hora marcada en rojo de su reloj digital. Seguido a ello, soltó una maldición al aire y cayó de espaldas contra el enorme colchón casi vacío de su cama tamaño presidencial, donde la ausencia de otro cuerpo era más que evidente.

Eran las cuatro y media de la mañana en pleno sábado. Exactamente el día en el que sólo tenía planes programados para la cena y nadie lo acompañaba en casa. Veinte habitaciones y trece baños dispuestos únicamente para él. ¿Cocinaría el desayuno en la cocina principal o en la ubicada en la segunda planta del ala oeste?

La vida de rico podía ser tan dura... O al menos, eso pensaba Baekhyun mientras reflexionaba sobre su soledad. Quizás estaba exagerando, claramente lo hacía. ¿Qué problemas podría tener un tipo con tantos números en su cuenta bancaria?

Cerrar los ojos para conciliar el sueño no era una capacidad suya, menos con los quinientos pensamientos que irrumpían su calma.

Uno de ellos, aunque no quisiera, seguía siendo Chanyeol.

Poco había oído de él en la semana, lo más cerca que había estado del hombre fue una portada de revista en la que se anunciaba que él y su exesposa acudieron a la inauguración de una galería de arte impulsada por la fundación en nombre de la difunta hermana de éste.

¿Por qué no seguían casados y le ahorraban aquel amargo sentir, las mil y una vueltas entre sus pensamientos, y el vacío en el pecho?

Si no se hubiese enterado a boca de Sehun sobre el conflicto entre Chanyeol y su padre, ¿cambiaría en algo las cosas? ¿Por qué su tonto cerebro lo hacía creer que el matrimonio del cual Chanyeol había formado parte era una simple excusa para que no los atraparan? Pero ¿qué miedo podría Chanyeol albergar cuando, en ese momento, estaba a nada de graduarse y ser completamente independiente?

Chanyeol, su nombre resonaba como un eco constante en la mente de Baekhyun. ¿Por qué seguía atormentándolo? ¿Era amor, odio, o simplemente la imposibilidad de olvidar?

¿Estaba realmente sufriendo o finalmente había llegado a su momento de reina del drama? Sabía que hacer caso a Minseok sobre pasar el tiempo viendo series televisivas traería más problemas que soluciones.

Lanzó una patada al aire para quitarse el arrebato que lo envolvía y se levantó de golpe, quince minutos cerca de las cinco. La predestinada rutina le brindó la suerte de deshacerse de cualquier pensamiento respecto a Chanyeol, la ex de éste y Sehun.

Veinticinco minutos en la trotadora y sesenta kilogramos en press banca, seguidos de una extenuante rutina para marcar el abdomen, espalda y los bíceps. Aunque no estaba planeado entrenar el tren superior ese día, resultó ser perfecto para dejar de pensar en tonterías que no le correspondían.

Baekhyun jadeó, sintiendo la necesidad urgente de agua, mientras el último set de dominadas llegaba a su fin, dejando su cuerpo caliente y su respiración entrecortada. El sudor le corría por el cuerpo sin vergüenza alguna, siendo absorbido tarde o temprano por la ropa deportiva que lo cubría.

El agua fresca le escurrió por la garganta, aliviando la sequedad mientras seguía el mismo camino que el sudor que caía por su cabello, formando pequeñas gotas que se deslizaban por su frente. Baekhyun tragó una última vez para luego continuar con el ejercicio, prefería hastiarse de él que pensar en el que ahora acababa a coronarse como innombrable, así que posicionó los pies suavemente sobre la base cuadrada y los afirmó con el velcro dispuesto, tirando del mango e impulsándose hacia atrás.

Class of 2010Where stories live. Discover now