Capítulo uno

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2022

En los últimos doce años Byun Baekhyun había logrado más de lo que esperaba y esperaban de sí. Más de una década de metas personales cumplidas con el fruto de su esfuerzo. Años llenos de frustración, ataques de ansiedad, sudor y lágrimas. Vivencias que lo habían convertido en el hombre con el que sus padres habían soñado y que actualmente era.

Pero los años que habían pasado pronto no servirían de nada.

Debía aprender a decir no, responder en negativa ante invitaciones absurdas. Como la que había recibido un mes atrás con motivo de conmemorar el décimo aniversario de su graduación (o décimo segundo, realmente).

Encontrarse con los rostros de niños mimados que le hicieron la vida imposible durante los años que, se suponía, serían los más significativos de su vida, no era el mejor plan para un sábado por la noche después de una ardua semana de trabajo.

Sin embargo, ahí estaba, llevando un traje que probablemente valía más que la renta anual de alguno de los presentes y sosteniendo una botella del más caro espumante, que ya no le apetecía mantenerlo en su cava. Escondiendo la mano izquierda dentro del bolsillo de su pantalón y jugando con sus dedos para soportar el mal rato, pero manteniendo la compostura por fuera.

Todas las cabezas voltearon en su dirección. Apenas dio el primer paso, nació un estruendo de murmullos que inundó el lujoso restaurante, los que intuía eran acerca de su persona. Algunas mujeres, como Stephanie, le sonreían de manera coqueta, cotilleando por lo bajo sobre lo apuesto que había resultado ser. Otros hablaban de lo bien que les vendría firmar un contrato con él y planeando cómo conseguirlo hacia el final de la velada.

Se le heló el cuerpo al reconocer en la pista cierta figura dándole la espalda. Él apoyaba su vaso de whisky sobre una de las muchas mesas altas ubicadas para el evento, manteniendo su mano izquierda sobre el trago, sin percatarse aún de la llegada de Baekhyun.

Ninguno de los asistentes notó el palidecer en sus facciones, pues Baekhyun estaba acostumbrado a ocultar sus verdaderas emociones y adornó rápidamente su rostro con una sonrisa plástica, ofreciéndola a las diecinueve personas que hace años no veía.

Incluido él.

No tuvo tiempo de acercarse a ninguno de los grupos previamente formados. El personal animó a los presentes a tomar asiento, por lo que dejó la lujosa botella a cuidado de uno de los meseros y se acomodó en el único espacio libre, saludando a todos con la mirada.

Kim Jongin se encontraba frente a él y le devolvió el saludo con alegría. Aunque no lo consideraba realmente como su amigo, siempre había sido agradable con él, el más sincero de los presentes.

-Fantástico, estamos todos -Junmyeon, el antiguo presidente de clase anunció lo obvio. Levantó las manos para darle más énfasis a la situación, obteniendo los vítores de la mayoría, quienes alzaron sus copas al unísono en un brindis que ni él ni el tipo que lo acuchillaba con la mirada compartieron.

La pesadilla había comenzado.

Baekhyun cortó su minúsculo trozo de carne en silencio, había engullido el plato de entrada de un mordisco y seguramente el "filete" en frente tendría el mismo final. Sus excompañeros hablaban entre sí, adulando los logros ajenos, enalteciendo sus vidas actuales e intercambiando tarjetas de presentación como si nunca se hubieran visto en la vida.

Tuvo que intercambiar una de las suyas con Im Yoona por mero compromiso. No es que odiara a la chica, pero su actitud seguía siendo igual de insoportable que cuando eran jóvenes y él ya no tenía la paciencia para lidiar con ello. La mujer restregaba en las caras de las demás los encantadores viajes que compartía con su acaudalado esposo: la propuesta en Bali, las fiestas en Canadá, memorias en Irlanda y un sinfín de pomposas historias triviales. Era toda una trotamundos, pero también una esposa trofeo.

Class of 2010Where stories live. Discover now