Capítulo catorce

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2012

Con el labio inferior entre los dientes y el atuendo más cómodo que encontró en el armario, Baekhyun apareció dentro de la gigantesca habitación de su madre, asegurándose de que ninguno de los empleados que trabajaba para su otro progenitor estuviese cerca.

A diferencia de él y con una tranquilidad inquietante, su madre sostenía una revista farandulera, en la que cada semana aparecía uno que otro antiguo compañero de clases, a la par que daba un sorbo al gin con tónica que había pedido servir, recostada de forma elegante sobre el diván aterciopelado que tenía vistas impresionantes a los jardines laterales de la mansión.

Baekhyun se arrodilló en la despeluzada alfombra, acomodando el mentón sobre el regazo de su madre y dejando que ella le peinara el cabello con los dedos mientras hablaban—. ¿Armaste las maletas, cariño?

Él asintió a ojos cerrados. Sintió el suave roce de los dedos de su madre en su cabello, una mezcla de consuelo y complicidad. Aunque la habitación era imponente, se sentía cómodo y protegido.

—¿Estás segura de que no me descubrirán? —preguntó Baekhyun, frunciendo el ceño con una mezcla de preocupación y curiosidad.

—Por supuesto que no pasará nada, tu padre ni se entera de lo que sucede aquí y tampoco pienso contárselo. ¿Por qué no nos relajamos un poco y tomamos una copa de helado juntos antes de que te vayas?

—Está bien —sonrió, levantándose junto a ella para seguirla por los pasillos y las escaleras hasta la cocina principal.

Baekhyun, en medio de risas compartidas con la mujer que se llevaba todo su amor, se llenaba el estómago de su helado predilecto, menta y chocolate, mientras la escuchaba hablar de los chismes más recientes que involucraban a la élite juvenil de la ciudad, básicamente cualquiera de los chicos de su promoción. Ella relataba cómicamente cada uno de los reglones que contenía la revista farandulera y daba sorbos a una nueva copa de alcohol mezclado con soda.

Baekhyun no llegaba a comprender cómo es que su madre podía beber tanto y mantenerse tan compuesta, tampoco entendía qué querían decir los mensajes de texto en ráfaga que Chanyeol le había enviado, estaban pésimamente escritos y contenían palabras que no existían.

Lo que sí entendía, aunque no lo pareciese, era el chisme que su madre acababa de contarle.

Stephanie Young, quien unos pocos años atrás había sido su compañera de clase, estaba ad-portas de casarse con el mismo novio que había ostentado en el lujoso salón principal del hotel más grande de Corea, propiedad de la familia de otro de sus compañeros, Sehun. ¿El problema? Pillaron al hijo de puta engañándola con una mujer de identidad desconocida, mientras ella estaba de viaje en Capadocia. La situación era absolutamente surreal, pero más lo era el intento de su madre por ponerlo al tanto de tantas cosas a la vez, más cuando a él poco le importaba la existencia de sus antiguos compañeros.

El único que le importaba realmente era Chanyeol, que había desaparecido del radar.

Semanas atrás, cuando Chanyeol apenas había vuelto desde Boston y Baekhyun lo había perdonado, fueron descubiertos con las manos en la masa en medio de una extremadamente bochornosa situación que jamás pensó en llegar a experimentar. Su madre los encontró en pleno acto sexual, en medio de una posición que de no ser usada con precaución los llevaría a un traumatólogo y soltando aberraciones.

Así, en vez de haber recibido la reprimenda de su vida, Baekhyun tuvo la suerte de que la mujer fuese una amante de los secretos, estando dispuesta a mantenerlo escondido después las insistentes peticiones de su retoño.

—Pedí que dejaran la llave escondida en el alféizar de la ventana junto a la puerta, no será difícil de encontrar.

Baekhyun asintió, sus ojos recorriendo la amplia sala de estar adornada con antigüedades. A la luz tenue de las lámparas de araña, los reflejos dorados de los muebles de época se mezclaban con sombras intrigantes. Guardó silencio cuando una de las mucamas contratada por su padre apareció con una tanda de ropa sucia, atravesando la cocina hasta la logia trasera.

Class of 2010On viuen les histories. Descobreix ara