Dark Shadows (Daryl x tú)

🧠Cicatrices y soledad🫀

🔞ADVERTENCIA🔞

Este capitulo contiene temas de autolesiones y depresión que pueden herir la sensibilidad del lector, se ruega discreción.

Daryl abre la puerta del cementerio y os grita que salgáis, con el cuerpo de Jesús a cuestas llegáis hasta los caballos cuando el sol ya está en lo alto del cielo.

Se forman grupos para hablar por el camino, pero tú no te acercas a nadie, te quedas separada de todos, buscando un consuelo que no sabias que necesitabas. Los ladridos de perro os sacan de vuestros pensamientos y conversaciones, los caminantes habían vuelto, pero no sabíais si había vivos entre ellos, por lo que decidís tenderles una emboscada en el puente, no es difícil derribarlos cuando pretenden ser muertos vivientes, pero te sorprende cuando Daryl se detiene ante uno que hay de rodillas frente a él. Cuando le quita la máscara lo comprendes, es solo una cría.

- Por favor, no me mate. – suplica entre temblores –

- ¿Cuántos hay? – le pregunta Michonne –

- Los ha matado, solo quedo yo.

Le pone la espada en la garganta.

- No te creo. – le gruñe –

Más caminantes comienzan a llegar a un extremo del puente.

- No hay tiempo, nos la llevamos. – le dice Daryl –

Cuando volver a Hilltop, Michonne, Rosita y Daryl llevan a la prisionera a los calabozos para interrogarla, mientras tú llevas a Eugine a la enfermería.

- Sidiq, ¿te importa quedarte a cargo? Ya le he colocado la rodilla en su sitio y quiero ver a mi hijo. – le pides –

- Claro, ve.

Ediem se encuentra corriendo y riendo por los alrededores, a la gente le gusta, incluso las ancianes le pellizcan las mejillas, cuando te ve su adorable rostro se ilumina y corre hacia ti gritando "mama". Cuando te alcanza lo abrazas con fuerza y le llenas la cara a besos.

- Te he echado de menos, bichito.

- Y yo a ti, mamá. ¿Dónde está papa?

- Enseguida viene, ha ido a hacer un par de cosas y enseguida vuelve.

- ¿Y Yurei?

Silvas y el cuervo se posa sobre tu hombro, Eidem lo acaricia con cariño, te sorprendía lo dulce que podía llegar a ser tu hijo en un mundo como este, pero también te asustaba ¿Cómo pedirle que llegue a hacer las cosas horribles que tú has tenido que hacer?

- Muy bien, es hora de practicar. – lo interrumpes antes de que pueda quejarse – Ya sabes lo que pienso, no hay excusas, has visto lo que hay fuera, no debes oxidarte.

- Pero lo hacemos todos los días.

- Como debe ser.

Lo bajas y lo guías cogidos de la mano hasta un lugar apartado para no hacer daño a nadie, tras coger tu mochila de armas, la cual dejaste en el bungaló que te asignó Tara.

- Hoy vamos a practicar las espadas.

- Es lo que peor se me da. – se queja –

- Por eso lo hacemos. Eres bueno con la ballesta y la pistola, pero debes dominar todo lo que puedas para no estar nunca indefenso. ¿lo entiendes?

- Sí, mamá.

Cuando lleváis un buen rato practicando y el sudor se escurre por la frente de tu pequeño, decides que es hora de descansar. Mientras bebe agua y come una manzana sus preciosos ojos azules te miran pensativos.