El mundo se sumió en la oscuridad el día en el que los muertos reclamaron la tierra como suya devorando a los inocentes y corrompiendo a los más nobles.
Jamás imaginaste que aquellas películas de zombies que tanto te gustaban se convirtieran en una...
Le habían disparado, separado de su grupo y secuestrado por tres desconocidos que lo confundían con alguien que no era, y por si fuera poco había perdido el contacto contigo y no sabía siquiera si estabas bien. Menuda suerte la suya.
Por la forma en la que hablaban supuso que se habían escapado de algún lugar que los oprimía, porque no dejaban de mencionar que ellos preferían seguir sus propias reglas y no vivir de rodillas como él.
Iban a intercambiarlo por su libertad, después de encontrar a una chica de la que le daba igual saber, solo tenía seguro que estaría jodido si no lograba escapar.
Intentó convencerlos de que no pertenecía al grupo del que hablaban, pero no lo escuchaban.
- Tengo que irme a otro sitio, si hacemos un trato te ayudaré. – le dice Daryl al hombre –
- Eres de ellos, estas solo y herido, dirías cualquier cosa. Nunca debimos haber confiado en vosotros.
- No soy de nadie, solo suyo. – les muestra el collar que le regalaste antes de seguir caminando –
Llegan a donde querían y para sorpresa de nadie el lugar está invadido, comienza a discutir sobre qué hacer cuando la chica del pelo corto se desmaya, aprovecha esa distracción para coger la bolsa y salir corriendo.
Se adentra en el bosque y se esconde antes de desatarse con los dientes, intenta contactar con Sasha y Abraham, pero no hay respuesta. Al abrir la bolsa para recuperar su ballesta encuentra una caja con una etiqueta que dice insulina. Mierda.
Era demasiado bueno, pero no idiota, volvió con ellos y obligó al hombre a darle el arma.
- He vuelto, ¿Qué me dais por el macuto? Es cuestión de principios. ¿Qué tenéis además del arma?
- Nada. – responde la chica que se había desmayado –
- ¿Qué es lo que estabas tallando?
Le enseña una figurita.
- Mi abuelo me enseñó.
- Me da igual, eso vale. – se la guarda en el bolsillo y le tira la mochila a los pies – Ahí tienes, está todo. Suerte, la necesitareis.
Estaba a punto de marcharse cuando una camioneta enorme aparece de entre los árboles muertos más pequeños, reclamando a los desconocidos y sus pertenencias, hablaban de pagos y castigos, los estaban rodeando.
Daryl sale de su escondite y los ayuda a escapar.
- Creíamos que tú eres de esos. – le explica el hombre – Te pegamos con un palo en la cabeza, te atamos, amenacé con matarte, ¿por qué coño has vuelto?
- Bueno, seré un estúpido también.
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Por el camino perdieron a la chica que necesitaba la insulina y Daryl les hizo las tres preguntas clave para decidir si llevarlos a Alexandria, al final lo convencieron, quiso llevarlos con él, pero tras encontrar la moto, le traicionaron.
