"WONDERWALL; Hermione Granger"

⭑ "Smithereens"

Amelie, también había copiado con desgana, el enunciado de la pizarra con sus deberes («Describe, poniendo varios ejemplos, en qué deben modificarse los encantamientos transformadores al llevar a cabo cambios en especies híbridas»).

La campana, anunciando la salida, estaba a nada de sonar.

—Ahora que Potter y Weasley tendrán la amabilidad de comportarse de acuerdo con su edad —dijo la profesora McGonagall dirigiéndoles a los dos, una mirada de enfado —, tengo que decirles algo a todos ustedes...

Amelie levantó la mano en ese momento y McGonagall la dejó hablar:

—El anuncio que dará, ¿es más importante que la comida?

McGonagall soltó un suspiro entrecortando y mentalmente rezó a cualquier dios por un poco paciencia.

—Lo es, señorita Rosier. Ahora, hágame el favor de quedarse quieta en su lugar y no moverse...

Amelie asintió con rapidez y bajo la mano.

—Bien, como decía... Se acerca el baile de Navidad: constituye una parte tradicional del Torneo de los tres magos y es al mismo tiempo una buena oportunidad para relacionarnos con nuestros invitados extranjeros. Al baile, sólo irán los alumnos de cuarto en adelante, aunque si lo desean pueden invitar a un estudiante más joven...

Amelie escucho una risita estridente; se giró hacia atrás para encontrarse con Lavender Brown y Parvati Patil, quien le dio un codazo en las costillas a su amiga, haciendo un duro esfuerzo por no reírse también, y las dos miraron a Harry, mientras movían sus pestañas con rapidez.

Amelie pensó, que las dos chicas miraban a Harry como si fuera el último panqueque en la mesa y ellas se estuvieran muriendo de hambre.

La profesora McGonagall no les hizo caso.

—Será obligatoria la túnica de gala —prosiguió la profesora McGonagall—. El baile tendrá lugar en el Gran Comedor, comenzará a las ocho en punto del día de Navidad y terminará a medianoche. Ahora bien... —La profesora McGonagall recorrió la clase muy despacio con la mirada—. El baile de Navidad es por supuesto una oportunidad para que todos se diviertan —dijo, en tono de desaprobación.

Lavender se rió más fuerte, poniéndose la mano en la boca para ahogar el sonido.

—Pero eso no quiere decir —prosiguió la profesora McGonagall— que vayamos a exigir menos del comportamiento que esperamos de los alumnos de Hogwarts. Me disgustaré muy seriamente si algún alumno de Gryffindor deja en mal lugar al colegio.

Sonó la campana de pronto, y Amelie se levantó como rayo de su lugar, guardó sus cosas y se echó la mochila al hombro. Tenía hambre.

—Vamos, Zaza, o los panqueques se acabarán —jaló con más fuerza el brazo de Blaise para que siguiera caminando por el pasillo. Theo y Draco iban justo detrás de ellos.

Cuando llegaron al gran comedor, se encontraron con sus amigos, ya sentados en la mesa de Slytherin.

—¿Qué tal te fue, Lie? —habló Orion tan pronto Amelie se dejó caer a su lado.

Amelie tomó un plato de la mesa y comenzó a servirse de todo lo que había.

—¡Oh, me fue genial! ¡Convertí una gallina en un conejillo! ¡Y nada explotó!—exclamó con emoción, al recordar lo bien que le fue en la clase, ignorando la parte en que el animal se deformó.