Conexión Galáctica [Girls Love]

18. Telepatía

Lo que vió la impactó.

Al parecer, no solo era docente de la Facultad de las Artes. Escondía su verdadero trabajo.

No lo comprendía del todo, pero las fechas e información relevante sobre asesinatos por deudas hacían que ya no quisiera seguir investigando. Y las fotografías... Podían helarle la sangre hasta al más fuerte.

Decidió esconder el material obtenido en una caja donde tenía muchas cosas y recuerdos. Sally no revisaba sus cosas, pero de todas formas, quería esconderlas. No se perdonaría si Sally fuera parte de esto también.

Mientras menos involucrados, mejor.

Bloqueó a Samantha de sus redes. Ya no era seguro.

Aún no podía comprender el porqué Samantha había intentado hablar con ella la última vez, usando palabras cómo: “Te quiero y quiero protegerte.”

¿Debería creerle?

Una parte de sí misma quería hacerlo, otra le advertía que ya no podía. Y otra solo quería que todo fuera una simple pesadilla y despertar ya.

—¡Cariñooo! Te busca Sam, está afuera. —Canturreó Sally, con el delineador en sus manos. Volvió a entrar al baño, para terminar de maquillarse.

Actúa normal. Sally no puede saber nada.

—Ya voy, gracias por avisar.

—¿Entonces te decidiste por Sam, he?

Moon emitió una risa un poco nerviosa, sin responder nada.

Bajó las escaleras con prisa, y el corazón brincando rápido en su pecho. Inhaló profundamente unas dos veces, y justo cuando iba en la tercera se topó frente a frente con Sam en la entrada.

—¿Qué estás haciendo aquí?

—¿Qué sabes de mí, Moon?

Su voz ya no era la misma de antes. Había algo en su tono que le provocaba mucha preocupación a la peli negra, quién se quedó un momento en silencio, mirándola a los ojos. Intentando descubrir qué era lo que escondía, pero esos malditos ojos verdes solo parecían querer protegerla.

—Solo lo que quiero saber. No me digas más. No te estoy juzgando, pero ya no quiero conocerte. Solo aléjate de mí.

—Moon... No tengo mucho tiempo. Él sabe dónde voy siempre. Solo quería decirte que no me tengas miedo, yo jamás te haría daño intencionado —tomó su mano, pero aquella rápidamente la rechazó—. De veras quería acercarme a ti, eres lo único bueno que me ha pasado en tanto tiempo...

Sus ojos se tornaron brillantes. Su mirada denotaba sinceridad.

—¿Estás en peligro?

—No. Él no es malo conmigo. Al contrario, es el único que me ayudó con el sujeto que asesinó a mis padres. Pero ahora ha estado un poco nervioso, y... Yo tampoco soy una santa, Moon.

—¿Pero tus padres no habían muerto en un accidente? —Interrumpió Moon.

—No...

—Me mentiste. —Volvió a interrumpirla—. Y sé que puedes mentirme en más cosas, por eso no debo creerte.

Moon estaba profundamente afectada. Odiaba que la viera llorar, pero no pudo evitarlo. Las lágrimas parecían tener control propio, y caían por sus mejillas.

Samantha se acercó a ella, pero en cuánto esto sucedía, Moon más se alejaba.

—Lo siento, Moon. Me alejaré de tu vida para que estés a salvo. Solo quería decirte que... Yo también prefiero vivir en mi mundo de los sueños. Ahí es el único lugar donde podemos estar juntas.