Conexión Galáctica [Girls Love]

8. Fugaz

La semana había culminado. Moon viajó hasta su casa para pasar dos días junto a su madre, quién siempre la esperaba con una sonrisa encantadora. Rufus estaba cada vez más grande y peludo. Ahora tenía un collar rojo más una placa plateada que decía su nombre. Amaba jugar en el parque y darle compañía a la madre de Moon.

La pelinegra quería contarlo todo. Absolutamente todo. Lo desgraciada que se sentía de no poder hacerlo porque temía que su propia madre, la mujer que le había dado la vida, y la había criado con tanto amor, ahora se sintiera decepcionada de ella sólo por ser diferente.

Pero no lloró en ningún momento. Se mantuvo firme y con una postura erguida. Además, sintió que era algo que iba a pasar en algún momento. Sólo tenía que ser fuerte.

Era domingo por la tarde, y comenzó a revisar su app. Subió una historia. Era un vídeo que había tomado cuando había salido con Rufus para pasear un rato.

Luego aparecieron perfiles de personas que probablemente conocía, y uno de ellos le llamó la atención. Era el profesor Carter. Moon entró a su perfil no sin antes pensarlo primero, pero dejándose llegar por sus impulsos de todas maneras.

Era un perfil bastante normal y básico. Casi no tenía publicaciones, y las que estaban, eran de paisajes. Le llamó la atención un apartado de historia destacada que tenía, con el nombre de un emoji de corazón rojo.

Entró. Y justo lo que creyó que iba a ser, apareció frente a sus ojos. Fotos de Sam.

No sólo era Sam, sino también él profesor Carter. No se veían ellos dos completos, si no que eran fotos donde él la tomaba de la mano, o le sacaba fotos a la comida y aparecía la mano de Sam tomando una copa, y así. Cómo si estuvieran estratégicamente estructuradas de tal forma que no se viera el rostro de Sam.

Intentó buscarla en la aplicación, así como otras miles de veces en el pasado. Pero no aparecía. Samantha no tenía redes sociales más que una para enviar mensajes. Entró a esa misma aplicación y se adentró en el chat que tenía junto a ella. Comenzó a leerlo desde el primer mensaje. No era mucho lo que habían escrito, pero la extrañaba.

Era un dolor insoportable. Nuevo. Algo que nunca pensó que podría experimentar ella.

Vio su foto de perfil. Era una bonita foto de ella misma, con un mar de fondo. Miraba a la cámara luciendo unas hermosas gafas de sol oscuras, y un vestido de playa.

Moon se deleitaba con su belleza. De pronto llegó a la conclusión de que esa foto se la había tomado ese tal profesor que no había pasado Ética y moral. Habían ido a la playa, probablemente hoy o ayer.

Se creó una cuenta de manera rápida y entró nuevamente a la aplicación de fotos. Se metió al perfil del tipo y vio sus historias recientes. Entonces comprobó que su hipótesis era cierta. Habían salido juntos a la playa. Samantha lucía feliz y entretenida junto a su verdadero amor.

Moon estaba sintiendo muchas emociones negativas, pero lo único que la tranquilizaba, era que Samantha estuviera feliz, aún que fuera sin ella.

Se despidió de su madre y Rufus. Viajó nuevamente hasta la ciudad donde se encontraba viviendo temporalmente, y se encerró en su habitación cuando ya estaba lista para dormir.

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Moon volaba por su propio universo, siendo consciente de que estaba soñando. Veía el rastro de luz morada que dejaba tras de sí, y comenzó a elevarse hasta llegar a una estrella con potente luz azulina. Luego a otra, y a otra. Cada vez más veloz, cada vez más serena.

Acarició su libertad con tanto esmero, como sí fuera un preciado tesoro que nunca iba a ser destruído.

¡Estoy soñando!