10. Destello dorado

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Habían cenado juntas. Charlaron de viejas anécdotas. Se reían. La madre de Moon estaba muy feliz de este reencuentro. Todas las conversaciones hubieran sido felices, a no ser por la pregunta que había hecho la mamá de Moon, de forma inocente.

—¿Y cómo está tu madre, Sam?

Silencio.

Samantha tenía una mirada sombría que intentó ocultar. La bajó. Miró su plato. Sus manos temblaban sudorosas sujetando los utensilios.

—Ella... Murió.

—Oh, cuánto lo siento, querida. No lo sabía... —La madre de Moon se sentía avergonzada.

Por más que Sam le decía que no se preocupara, se preocupaba aún más. Se levantó de la mesa para envolverla en sus brazos. Samantha al sentir su abrazo lloró. Fue un llanto frágil, casi agotado, como si la hubiese llorado por mucho tiempo y ya no habían más lágrimas que derramar.

—No me atrevía a venir a esta ciudad, pero aún así quería. Los recuerdos... Son los que más matan.

—Lo lamento mucho, Sammy. Si te sientes segura, puedes venir las veces que quieras.

—Gracias, señora Bell.

—Y por supuesto quédate a dormir. La habitación desalojada está con algunas cajas viejas y es fría... Mejor duerme con Moon. Ella no tiene problemas.

Moon intentó esconder el rojo amenazante de sus mejillas. Samantha la miró directo a los ojos, con una expresión imaginativa.

—C-claro... Cómo en los viejos tiempos.

Sólo que ahora esa mujer te pone nerviosa.

Tenerla cerca te vuelve vulnerable a tus deseos.

Moon intentó no poner atención en esos pensamientos.

—Gracias a ambas. Me siento totalmente plena aquí.

—Ay, querida. ¡Quédate para siempre!—La señora Bell rio, y sus ojos se tornaron de gentileza—. ¿Y sigues viviendo en la casa donde se mudaron la última vez?

—Ah... No. Ahora estoy viviendo con mi novio, en otra ciudad —Sam intentó elegir las palabras correctas para no mentirle a la madre de Moon, pero también, seguir la mentira de la misma.

—Ah, ¿tienes novio? ¿Y cómo es el afortunado?

—¡Mamá! Es probable que Sam no quiera hablar de eso.

—Tranquila, Moon. —Continuó Sam—. El se dedica a las artes y además es docente. Es un buen hombre, cuando lo conocí supe que me gustaba en seguida...

—¡Ay, eso es amor real!

Moon sintió algo extraño, cómo si no quisiera estar allí. Odiaba no sentirse feliz de que su amiga se sienta bien con si novio. Le gustaría sentirse así por ella, que tenía un hombre que la ame.

Pero... ¿Por qué no me siento así?

Ambas charlaban, pero Moon estaba perdida en sus pensamientos. Aquellos en los cuales, Sam conocía una estrella y se mudaba a esa galaxia desconocida, que se dedicaba a las artes.

¿Es enojo lo que estoy sintiendo?

—¿No lo crees así, Moon? —preguntó su madre de repente, sacándola de su mundo mental.

Moon no había escuchado nada.

—Perdón, ¿qué?

Ambas rieron.

—Eres tan soñadora, hija —comentó la señora Bell—. Preguntaba si no te parecía romántico el novio de Sam. Toda una afortunada.

—Él es el afortunado. —Agregó casi de golpe. Se formó un silencio un tanto incómodo por lo que decidió pararse de la mesa—. Voy a recoger los platos y lavarlos. Sam, puedes alistarte para dormir si quieres.

Conexión Galáctica [Girls Love] TERMINADAOnde histórias criam vida. Descubra agora