¿Estás seguro...? - Apolo ribera-

-💗Leire💗-

Me desperté por la mañana acurrucada en el pecho de Apolo, él tenía una manos en mí cabeza.

Me quedaría mirándolo por horas pero, no sé porque no era capaz de perdonarlo todavía...

Sentía que estaba jugando con él; no quería hacerle pasar lo mismo que pasé yo.

Me levanté y baje a hacerme un café y comerme una barrita de chocolate y salí al jardín a leer un poco y despejarme.

Tras una hora de lectura saqué mi teléfono para ver tik tok, no paraban de salirme vídeos de Apolo; todo mi para ti estaba comprado por él.

Llegué a un vídeo de él cocinando y probando masa cruda-que asco por dios- es lo único que pude pensar y luego vi que es que le encantaba; ahora entiendo porque le gustaba esa pava... No era su culpa, es que no sabe elegir bien.

Noté que alguien se acercaba y guardé mi teléfono enseguida para hacer que leía; era Apolo.

-¿Qué haces?-

Me dijo abrazándome y me sentí algo incómoda y me aparté un poco, su cara cambió un poco pero intento disimularlo.

-Nada, leer...-

-Haber...-

Me robó el libro de las manos para mirar el título para después, proseguir a leer el prólogo.

-¿Enserio te gusta esto?-

-¿Qué tienen de malo?-

-Son una mierda, además de cursis...-

Puso una mueca de asco.

-Y me lo dice el que le gusta la masa de tarta cruda... Eso sí que es asqueroso...-

Lo había dicho en voz alta...

Su cara esbozó una sonrisa ladeada y arqueaba una ceja; mi comentario le había divertido.

-¿Me has estado stalkeando, pequitas?-

-No, y no me llames, "pequitas" es repugnante-

-Como tu libro...-

Me quedé callada y lo miré con indiferencia, él solo me miraba divertido, como si se estuviera divirtiendo con la situación...

-Dámelo-

-¿Y si no quiero?-

-Que me cago en todos tus muertos-

-Uy, se nos revoluciona la pequeña "pequitas"-

-Que sea la última ves que me llames así...-

-Pe-qui-tas-

-Me tienes ya hasta los cojones, te aviso-

-Estoy temblando, "pequitas"-

Estaba ya harta y no me aguanté y me abalancé sobre él en busca de mi libro preferido; era el que me había dado mi madre antes de... fallecer.

No llegaba y él era demasiado alto y si encima levanta el brazo con el libro en la mano, mejor ni hablamos.

Me cansé y pare a recuperar la respiración, me di cuenta que así se distraía y yo podría conseguir más fácilmente el libro...

-No...puedo...res...pirar bien-

-Leire, ¿estás bien?-

Vi que se agachaba y dejaba el libro a un lado y aproveché para mirarle a los ojos y quedarnos así un rato; con un movimiento muy rápido conseguí el libro y me levanté de un brinco y salí corriendo.

Él se quedó ahí acuclillado, subí corriendo y al ver que Apolo no me seguía, dejé mi libro en mi cama y bajé a ver que le ocurría.

-¿Estás bien?-

-Si, no te preocupes-

-¿Vale?-

Le miré con soslayo, no tenía pinta de querer hablar; o sí, no sé la verdad.

-Me voy a mi cuarto, ¿vale?-

-Oye...-

-Dime-

-Nada, nada perdona-

-¿Vale?-

Me quedé un poco intranquila pero subí a prepárame ya le preguntaría cuando bajase...

-Oye, Apolo que...-

Solo estaba mi hermano jugando solo a la play... Raro, muy raro.

-¿Y Apolo?-

-Eso quería preguntarte yo...-

-¿Eh?-

-Se ha ido, y muy disgustado, no sé porque-

-No he hecho nada-

-Pues no está-

-¿Y no te preocupas?-

-Claro que lo hago, le he llamado veinte veces y no contesta-

-Joder, joder...-

-¿Qué pasa?-

-A lo mejor, sí que tengo algo que ver-

Se levantó de una y se empezó a acercar a mi.

-Ay...-

-Esta mañana ha venido a abrazarme y me he apartado porque me sentía, como, rara; después nos peleamos y se quedó quieto mirando a un punto fijo. No me quiso contar nada, tampoco insistí, ¿debería haberlo hecho, verdad?-

-Puede...-

-¡JODER ME CAGO EN LA PUTA!-

-Cálmate-

-¡No puedo joder! Esto es todo mi culpa, por no haberle escuchado en su momento; sabía que estaba mal, y aún así no insistí...-

Me senté y me puse a llorar; mi hermano se sentó a mi lado y me abrazó. ¿Por qué seguía sin poder controlar mis emociones?

-Esperaremos aquí hasta que venga...-

-Lo intentaré llamar-

Lo llamé una y otra vez, estuve así durante 20 minutos y lo tenía apagado; no podría enfadarme con él eso lo tenía clarísimo.