Angstruary | 2024

01 | Noticia/Diagnóstico | GoYuu

"Nada es lo que parece"

No sabe cuántas veces lo intento, pero estaba seguro que siempre lo intento y solo sus amigos saben que lo dio todo de sí para salvar una relación que claramente no daba para más, solo sus amigos y él podría ver cuánto se esforzó por dar todo de él sin recibir nada a cambio, solo él y sus amigos sabrán cuanto intentó enamorar a ese hombre.

No sabe cuántas veces lo intento porque después de la quinta, perdió la cuenta, así como las esperanzas que su pareja entendiera que no podía verle la cara cada vez que podía, que no tenía que ser tan descarado para engañarlo en su propia casa, que no tenía que ser un maldito bastardo para solo dejarlo, así, sin nada.

Porque no importaba cuán duro trabajo para darle todo el amor que tenía, no importa cuánto se esforzara por hacerle sentir amado y querido, no importaba nada de ello si solo iba a recibir migajas de lo que quedaba.

—No puedes seguir de esta manera — había dicho la castaña mientras veía a su amigo, podía notar lo deprimido que se encontraba — no vale la pena sufrir por un bastardo que no te quiere — y él estaba de acuerdo con ello, sabe que no debería de sufrir por él, sabe que él es mucho para ese hombre, pero es que no puede olvidarlo, por más que lo intente, no puede.

Él solo recuerda la forma en la cual le regresaba sus besos, en cómo se movía, en cómo lo tomaba de las manos, todas esas caricias, sensaciones y momento, no podía ser falso ¿Verdad? Una persona no puede fingir no sentir nada y hacer todo eso, una persona no puede regalarle los mejores momentos de su vida para después decir que solo fue un error y que no lo buscara más.

—Al menos me gustaría saber si me quiso por lo menos un poco — susurro sin ver a nadie en específico, su vista se encontraba perdida, sin ganas de nada.

—Vamos, no puedes dejarte morir, no vale la pena, es más — tratando de subirle los ánimos a su amigo, se levantó de su lugar para poder acercarse a él — vete a bañar e iremos al parque de atracciones ¿No es lo que querías? — un intento de sonrisa se dibujó en sus labios.

No dijo nada, solo asintió al pedido de su amiga, no podía dejarse vencer por algo tan tonto como el rechazo de quien nunca lo amo de verdad.

La castaña sonrió satisfecha, al menos ya habían logrado sacarlo de casa, desde que su pareja se fue hace aproximadamente un mes, su amigo no había salido de casa, es más, no sabía siquiera si estaba comiendo bien, por lo que entre ella y el pelinegro, había acordado sacarlo de casa para que se distrajera un poco de su desdicha.

—Ya vamos en camino, ve comprando las entradas para que no tengamos que hacer fila — le dijo al pelinegro, ambos se encontraban en una llamada mientras iban en taxi al parque de diversiones.

Cabe mencionar que la pasaron demasiado bien, los tres se divirtieron más de lo que pensaron, además entre los dos lograron que su amigo comiera porque lo veían más delgado de lo acostumbrado, todo parecía ir tan bien hasta que, al finalizar el día, el albino retomó su ánimo pasado.

—Yūji — lo habían escuchado susurrar ¿Acaso ese chico estaba ahí?

—Satoru ¿Te encuentras bien? — preguntó el pelinegro al ver que su amigo miraba fijamente un punto.

—¿A dónde está mirando? — preguntó la castaña, mirando en la misma dirección que Satoru, pero no vio nada.

—Oh, no es nada — susurro Satoru después de algunos segundos — creo que vi mal — termino de decir para comenzar a caminar con sus amigos a la salida, debía de ir a casa a empacar sus cosas porque había decidido dejar de sufrir por amor, debía de salir de aquella casa que tenía todos los recuerdos con Yūji, quien siempre sería el amor de su vida.

Los meses pasaron y todo parecía ir bien para Satoru, hasta que una tarde de noviembre, le dieron una noticia que nunca esperó saber.

A los pies de su puerta, una pequeña caja se encontraba, con curiosidad la tomo agitándola en el proceso, no se sentía pesada por lo que no podría ser un regalo, no sabía exactamente que podría ser.

Al estar en la sala de estar, su curiosidad fue tan grande que no pudo evitar abrir la caja, sorprendiéndose de lo que había encontrado.

Un sobre había en esta y una fotografía, en ella se podía ver a Yūji y a él en su primera cita, también había otros papeles que no entendía que eran, es más, ¿Quién le había mandado todo eso?

Pronto supo lo que le había pasado a Yūji, pues este hizo todo lo posible por alejarlo de él debido a una enfermedad terminal que tenía, en la carta relataba que cada cosa que había dicho y hecho era por eso, porque no tenía las fuerzas y el coraje necesario para decirle que había sido diagnosticado con cáncer en etapa terminal, Yūji no quería que Satoru se quedara a su lado y lo viera sufrir porque no tenía cura, ya no había remedio alguno y lo mejor que podía hacer era alejar a Satoru de cualquier forma, no importando si le dañaba en el proceso porque sabía perfectamente que Satoru se aferraba a él.

Y de eso, al menos ya habían pasado cerca de tres meses, meses en los que Satoru maldijo a Yūji con todas sus fuerzas porque desconocía por lo que el peli-rosa estaba pasando, arrepentido de cada uno de sus actos lloro, lloro con tal amargura hasta quedarse sin voz, porque sin importar nada, Satoru seguía amando a Yūji.