capitulo XXXVI

260 40 3
                                    

-Mamá- susurro eunchae golpeando las costillas de minji con su pequeña mano- minji- dijo ahora su nombre- mamá.

-Mmmmm- gruñó minji sin siquiera abrir los ojos.

-Mamá despierta, Amelia y yo hicimos el desayuno para ti- contó- mamá despierta.

-Solo dame unos minutos más eunchae prometo que luego desayuno contigo.

-Está bien- se rindió la pequeña- voy a ir a jugar con Amelia.

La niña se bajó de la cama y tomó a nabong entre sus brazos para bajar las escaleras seguida por Oreo.

-¿Despertó?- preguntó Amelia apenas la vio.

-No- suspiro- mamá es floja- dijo haciendo reír a Amelia.

-Está cansada ayer la tuviste toda la noche jugando contigo.

-Lo sé pero mírame yo ya estoy bien y ella está cansada- dijo confundida- ¿Tú crees que se está volviendo viejita?- preguntó preocupada.

-Tu mamá solo está cansada- le explicó riendo- así como cuando mamá hanni se cansa.

-Lo sé- suspiro- los adultos son así, no aguantan nada.

-Tú tienes demasiada energía que es diferente- hablo minji apareciendo en la cocina.

-Mamá- gritó emocionada la niña- te hicimos el desayuno.

-Mmmm huele delicioso- exagero la chica para hacer sentir aún mejor a su hija.

-Gracias, Amelia me ayudó pero muy poquito ella no sabe hacer cereal con leche.

-Muy mal Amelia- hablo negando con la cabeza minji- no puedes ir por la vida sin saber hacer cereal con leche.

-Lo siento- se disculpó- eunchae me enseñara.

-Voy a la mesa- hablo para luego dejar un beso en la cabeza de su hija y salir de la cocina.

Eunchae estaba a punto de caminar cuando escuchó el grito de su madre.

-pham eunchae ven aquí- gritó- y trae a esa bola de pelos.

La niña asustada corrió a la sala donde su madre se encontraba sin una de sus zapatillas y con cara de asco.

-Que dije acerca de Oreo y sus cochinadas- dijo con asco.

-Pero mamá- se quejó eunchae- él necesita un patio y tú no tienes por eso no tuvo otra que hacerlo ahí.

-Oreo tiene su caja de arena.

-Es un perro no un gato- río Amelia- además deben enseñarle el no entiende aún.

-Mis sandalias- chillo minji infantilmente- voy a tener que tirarlas- dijo poniendo un puchero- y tu bola de pelos- habló señalando a Oreo que la miro al instante- si no aprendes modales vas a tener prohibido venir a mi casa.

Oreo comenzó a saltar divertido y corrió hasta las piernas de minji comenzando a olfatearla y lamerle los tobillos.

-¿Por qué no compre un gato?- dijo dramáticamente haciendo reír a carcajadas a su hija.

-Mamá tú quieres mucho a Oreo- dijo riendo- y no es su culpa.

-Mejor desayunemos para poder ir a ver a mamá hanni a la pastelería y aprovechamos para sacar a la bola de pelos a pasear al parque.

[...]

-Mi amor está no era mi idea de pasear a Oreo- dijo preocupada minji por el cachorro.

-A él le gusta- se excusó la pequeña empujando su pequeño coche rosa que usaba con nabong quien venía sentado junto a Oreo.

no me rendireOù les histoires vivent. Découvrez maintenant