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𝐄𝐃𝐘𝐓𝐇𝐄𝐄𝐒𝐓𝐀𝐁𝐀𝐄𝐍𝐔𝐍𝐀 de las mesas de la biblioteca haciendo un artículo de opinión , que su profesor de literatura les había dejado a la mera hora. Estaba algo estresada haciéndolo todo rápido pero con congruencia, ya que si no, no se entendería lo que escribía.
"Profe hijo de puta, ya es ultima semana del semestre y se le ocurre dejar tarea, chingue su cola"
Afirmativo, estaba emputada (eso le quedaba corto), la verdad ese profe siempre le cayó mal, por que siempre se la llevaba contra ella y eso le caía de hostia, ¿Es que acaso el profe no tenia nada mejor que hacer que hacerle la vida mierda?.
En fin, siguió haciendo su tarea sin darse cuenta que alguien se sentaba a su lado, y se le quedo varios minutos viendo.
— Esta mal conjugado "victoreo" — una voz masculina se escucho (bastante) cerca de ella, que se sobresalto rayando su hoja.
— ¡Cabrón que te pasa! — volteo enojada para insultar a la persona que le distrajo, pero se quedo quieta al ver a la persona frente a ella.
"Madre mia"
Bien seamos sinceros, Edythe era una amante de los libros y había leído de todo tipo de como: El retrato de Dorian Gray, Entrevista con el vampiro, La canción de Aquiles, Romeo y Julieta, Yo antes de ti. ¿Y que tenia que ver los libros con este chico? Pues el parecía sacado de un libro, una apariencia fresca combinado con su masculinidad pero no se veía tosco si no suave y caballeroso.
Tenia un cabello cafés castaño que lo tiene rizado y bien peinado, su piel es de un bonito color moreno, puede ver que es alto por la forma en la que se encorva, tenia unos lentes cuadrados pero estos no ocultaban sus ojos avellana que parecían tener tonos verdes, "parecía irreal".
Vio como el chico se rio tiempo después y se tapo la boca con su mano intentando retenerla, frunció el ceño. ¿Que era tan gracioso?
— Lo siento, lo siento, es que tu cara, la hubieras visto fue la mejor expresión que eh visto— se volvió a reír pero un poco mas de fuerza pero yo me acerco para taparle la boca ya que seguíamos en la biblioteca.
—Si, si, muy gracioso pero estamos en la biblioteca — le susurró regañándolo, el chico se le quedo viendo a los ojos — ¿te vas a dejar de reír? — el asintió.
Se alejo de el y el exhalo como si hubiera retenido aire, lo volvió a a verlo y note que estaba rojo, ¿lo estaba ahogando?
— Parece que te dará algo ¿Estas bien? —
—Eh si no te preocupes, en fin, soy Jacob Ortíz — sonrió y extendió su mano hacia a mi — ¿y usted bella dama?—
"Hay Jesus, no me hables como hombre de los 40's que me da algo"
