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Kim mira por el retrovisor del automóvil a Jimin, el muchacho que iba metido en su teléfono mientras mordisqueaba su labio inferior, dando pequeños movimientos ansioso con su pie. El mayor sabía que Jimin estaba planeando juntarse con su pareja, no era idiota después de todo, pero si su padre le había ordenado que le acompañase al "centro comercial" para comprar ropa, es lo que haría. Y no soltaría a Jimin por ningún segundo.

Habían pasado ya 3 días desde que Jimin tuvo esa discusión con su pareja, y Taehyung se había percatado de cómo fue que el menor era quien andaba tratando de contactarse con el chico, este por otro lado parecía ni siquiera dar importancia a la cantidad de mensajes que Jimin enviaba, o a las llamadas que siempre habían entrado a buzón.  A excepción de una, en la cual Jimin le rogaba prácticamente que se juntasen a hablar, y el vería como llegaría a aquella placilla a kilómetros de su casa.

— Taehyung — El mayor mira por el retrovisor, dándole una mirada relajada al menor para que este se diese cuenta que tenía su atención. — En el centro comercial me gustaría pasar a una cafetería... ¿vendrías conmigo? — Taehyung encontró claramente extraña aquella invitación, pero sus facciones solo atinaron a darle una ligera sonrisa.

— claro que si, joven. – Si le estaba invitando a tomarse un café jamás se negaría después de todo, Taehyung amaba con locura el café.

Llegan, estaciona aquel oscuro Mercedes en el estacionamiento privado del centro comercial. Va hasta la parte de atrás del auto y abre a Jimin, extendiéndole su mano para ver como este se agarraba de aquella para salir del vehículo, dándole una ligera sonrisa, la cual en sí fue mutua, para luego Kim cerrar la puerta y apretar un botón en el manojo de llaves para cerrar por completo el auto.

— ¿Quiere ir ahora a la cafetería? — Jimin niega suave.

— Me gustaría ir luego, primero quisiera ir a ver la ropa. — Deja su teléfono en el bolsillo de su pantalón de tiro alto. Taehyung se había percatado ya de varios detalles del menor; este era un chico realmente elegante, y no por el hecho de que tuviese dinero, todo en él soltaba la palabra "lujo" o "finidad", la manera en que sus expresiones eran tan suaves, su tono de voz, su cuerpo tan pequeño pero al mismo tiempo tonificado al hacer ejercicio, esa manera en la que primero sus ojos eran los que volteaban hacia ti y luego es que su cabeza se giraba en tu dirección de una manera tan sutil y delicada, como tomaba las tazas al desayunar y luego la llevaba a esos abultados labios que se veían tan jodidamente blanditos y apretables.

Park Jimin era toda una perdición, aparte de los negocios que su padre tenía entendía por completo que lo cuidase de tal manera.

Llegan a una tienda de lujo, algo de esperarse realmente. De pronto las bolsas comenzaron a aparecer en las manos de Taehyung y Jimin se encontraba cada vez más encantado con las tiendas parecía ser, aún que por solo ciertos segundos, Taehyung comenzó a pensar que lo hacía adrede aquel pequeño.  Pero asumía que no era así, ¿no? Taehyung no lo veía tan inteligente como para algo asi.

Llegan a la cafetería y joder, Kim hacia pesas pero podía jurar que cuando se sentó y dejó las bolsas en el suelo sus manos descansaron como nunca antes, a pesar de todo, y de lo cansado que podía estar, sus facciones siempre se mantuvieron toscas y serias, dando miradas fulminantes a cualquiera que pusiera sus ojos en él.

— ¿Qué quisiera tomar, Taehyung? — Consulta el menor curioso.

— nunca había venido aquí, joven. ¿Qué me recomienda usted? — Acomoda el reloj en una de sus manos y pronto estas descansan en la mesa, llevando su negra mirada a los ojos claros contrarios que se despegaban recién de la carta.

— Yo pediré un affogato... — La lengua del menor pasa por sus labios y Taehyung no pudo evitar mirarla sin descaro alguno. No podían culparlo, hace meses que no follaba y Taehyung era un chico que constantemente tenía una vida sexual activa a pesar del trabajo. — ¿Le gustaría eso entonces? — Taehyung parpadea, saliendo de cualquier pensamiento y asintiendo sin dudar, moviendo su cabeza en un lento movimiento mientras sus ojos subían despacio por las facciones contrarias hasta llegar a los ojos del menor.

¿Asesinarte? Jamás. - Vmin, (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora