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¡ NATALIE !
-Por favor, conduce con cuidado.- Dijo Jayla.
-Sí, cariño. Tendré cuidado, no hay porque preocuparse.- Le dije a mi linda novia por teléfono.
-Por supuesto que siempre me preocuparé por ti, cariño, eres preciosa para mí-. Dijo dulcemente en la otra línea, me hizo sonrojar. Me alegro de que no pueda verlo.
-¡Yah! ¡Jayla Amirah para!- Eso la hizo reír, lo que también hizo que mi corazón latiera.
-Te estás sonrojando, ¿verdad?- Jayla me tomó el pelo. Puse los ojos en blanco. Ella me conoce tan bien.
-No lo estoy y por favor ve a tu reunión ahora porque definitivamente vas a llegar tarde otra vez.- Le recordé que dejara el tema.
-Soy la CEO, no tengo que ir temprano. Además, cariño, tu eres más importante que cualquier otra cosa.- Ella dijo, eso amplió mi sonrisa. Jayla tiene esta personalidad impredecible.
"Extraña" como dicen que es porque puede ser divertida, cariñosa, aterradora y cualquier otra cosa al mismo tiempo frente a los demás, pero dulce y cursi solo para mí que me hizo sentirme tan especial.
-Gracias, cariño.- Le dije sinceramente. Estoy verdaderamente y siempre agradecida porque nunca dejó de hacerme tiempo a pesar de su apretada agenda y nunca me hizo sentir que yo Soy menos que los demás.
Luego escuché -Aww. No tienes que estar agradecida por eso, amor.- Jayla respondió de todo corazón. Estaba lleno de amor y honestidad. Luego escuché que su secretaria la llamó porque su reunión estaba a punto de comenzar, lo que hizo que el monstruo de pollo gimiera molesta, lo que me hizo reír.
-Realmente deberías irte ahora. Nos vemos en mi casa más tarde esta noche, ¿de acuerdo?- Entonces le dije para consolara.
-¡Sí! Está bien, amor. Solo envía mis saludos al tío, tía, a tus hermanos y al abuelo. ¡Te amo!- Jayla dijo con entusiasmo.
-Lo haré. Te amo más, amor. ¡Cuídate!- Respondí con una dulce sonrisa como si ella lo viera y terminé la llamada. Ahora voy camino a la mansión del abuelo para cenar con mi familia. Cada miembro de la familia tiene que estar allí, no importa cuán ocupado esté o cuán lleno esté su horario, realmente debe estar en la mansión sin importar qué. Esa es la regla de oro del abuelo de Javon y mío. Detuve mi auto frente a la mansión y le di las llaves al valet para que lo estacionara, luego comencé a caminar adentro y fui recibida por el fuerte abrazo de mi mamá.
-¡Te extrañé mucho, cariño!- Dijo mientras todavía me abrazaba con fuerza, lo que me hizo sonreír ampliamente. Mis padres y hermanos estaban en Australia debido a sus negocios, por eso apenas nos vemos. Igual que Javon, cuyos padres viven en Canada por la misma razón. Básicamente, los dos fuimos criados por nuestro abuelo.
