- Mis disculpas a la bella mujer- dice en inglés, toma mi mano y dando un pequeño apretón habla- Un gusto tener a la bella señora Telnaster- quiero decirle que Maxi y yo no estamos casados, pero este se me adelanta.

-Ya fue suficiente- dice apartando la mano de Javier de la mía- Si me disculpas tengo unas vacaciones que disfrutar con mi mujer- le dice colocando una mano en mi costado- Así que no perderemos más tiempo.

-Cualquier cosa, ya sabes donde encontrarme cabron- le dice Javier, viéndolo bien si su aura no fuera tan siniestra, podría asegurar que es agradable. Para mí sorpresa Maximiliam lo abraza y dándole palmadas en la espalda dice.

- Si alguien nos interrumpe, cree que serás al primero que busque- me despido de Javier con un gesto de la mano.

Maximiliam me indica a cual auto subirme, cuando observo que él es el que va a conducir frunciendo el ceño pregunto.

-¿Tú sabes por donde ir?

-Claro que sí- asegura- Es algo largo, así que si quieres puedes dormir- mientras me coloca el cinturón, siento como un bostezo escapa de mí.

-Te tomaré la palabra, tengo algo de sueño- le digo, coloca una mano en mi mejilla.

- Mi pequeña dormilona- dice sonriendo, cazzo, mi corazón, uno de estos días me dará un derrame cerebral por la sonrisa de este hombre, negando con la cabeza, lo beso, una, dos, creo que unas cuatro beses.

Mientras pasan los primeros minutos de camino, Maxi me cuenta que ya ha estado por aquí al rededor de unos cuatro veces, conoce a Javier desde hace cinco años y según sus palabras son algo cercanos, pero que Diff lo es aún más, es que todos amamos al grandote.

Mientras más conduce, más siento los ojos cerrarse, creo que debí de quedarme dormida, siento como alguien me toma por las piernas y por los brazos, abriendo los ojos observo a Maxi cargarme al estilo nupcial.

-¿Ya llegamos?- pregunto acurrucandome en su hombro.

-Duermes como un muerto- dice riendo- Pero sí, ya llegamos- con suavidad me coloca sobre el suelo- Este será nuestro escondite- dice señalando una hermosa casa estilo playera, abre la puerta y como niña en jugueteria entro deprisa y observo todo.

El lugar es muy hermoso, está lleno de plantas y está decorado con colores encendidos, tiene una cocina preciosa y al salir por la puerta trasera te topas con la vista más placentera, las olas del mar revolotean en la orilla, no puedo ocultar mi entusiasmo, jamás creí que estaría en la playa, las manos de Maxi rodean mi cuerpo y baja su cabeza hasta mi cuello.

-¿Es de tu agrado?- pregunta mientras pasa la punta de su nariz por mi piel.

- Me encanta- me giro y tomo poniéndome de puntillas le doy un beso en su barbilla- Te amo, gracias por cumplir uno de mis sueños.

-Cuando lo desees- me toma al estilo novia de nuevo- Pero ahora vamos a descansar, mañana te llevaré a recorrer la playa.

Sin rechistar, nos lleva hasta el que parece la habitación principal de la casa, mientras coloco nuestros utensilios de aseo en el baño, él va por las maletas con nuestra ropa. Me cambio y coloco mi pijama.

Ambos nos quedamos dormidos en poco tiempo, supongo que por el viaje ambos estamos cansados y más él que tuve que conducir hasta acá.

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A la mañana siguiente, estamos llenos de alegría, asi que desayunos algo ligero y con nuestros trajes de baños puestos vamos a la playa.

Sintiendo la arena en mis pies y de la mano del hombre que amo, viendo el mar, me siento plena y feliz, si es un sueño, no quiero despertar. Algo que me extraño es que éramos los únicos en el lugar, según entendí es de los más visitados.

Sepulcro Where stories live. Discover now