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Después de besar mi mano entrelaza nuestros dedos, apoya su cabeza sobre mis piernas. Estábamos en silencio, no sabía que decirle al respecto.
— Perdóname...— elevó su cabeza y me miró a los ojos, sus ojos marrones emitían un brillo, eran sus ojitos cristalizados— Perdóname y prometo que me iré de tu vida... Por favor, perdóname...— su voz se entrecorta y sus lágrimas caían por sus mejillas.
Yo opté por mirarlo, no podía moverme, es más, no podía respirar.
— Do Hyun...— dije algo seria y él limpió sus lágrimas con la tela de su sudadera, y me miró.
Ahora que tenía su atención, qué le diría. Quedé en blanco, nada se me cruzaba por la cabeza, nada.
— No quiero presionarte... Tomate tu tiempo _____...
"Dios, cómo puede ser tan lindo a pesar de ver como me comporto con él, tan seria y fría".
Perdóname tu también Do Hyun, por tener un corazón tan frío y cerrado cuando algo me lastima, cuando algo no me gusta; cerrándome a ti cuando me traicionaste.
— Sé que no olvidaras mi traición de la noche a la mañana, mucho menos recuperar tu confianza...— acarició con su pulgar mi mano.
La puerta se abrió de golpe, dejando ver a una enfermera.
— Oh, discúlpenme... N-no sabía que estaban en vista...— sonreí sin mostrar mis dientes, hizo una reverencia, bueno, muchas— solo vengo a sacarte muestras de sangre para unos exámenes señorita _____— me dijo aún parada en la entrada de la puerta.
— No se preocupe enfermera, ya me iba... Tengo cosas importantes que hacer... — habló Do Hyun y me miró — Vendré mañana a verte...— me sonrió y se acercó a besar mi mejilla.
Cerré mis ojos para disfrutar de sus suaves labios sobre mis mejillas. Su roce era delicado, algo característico de él.
— Come bien, también bebe mucha agua...— dijo caminando hacia la puerta— Y también llámame cuando quieras...— salió de la habitación cerrando la puerta, pero en segundos volvió a entrar — ¡¡Gaeul te manda saludos!!
— Dile que yo igual le mando saludos — dije sonriéndole, hace tiempo no sé de Gaeul.
Do Hyun sonrió y volvió a irse, pero a los segundos volvió a entrar— Cuídala, por favor... Mire, anote mi número por si algo llega a pasar...— volteé el rostro para otro lado e intentar no reírme, es muy adorable cuando está preocupado por mí — Estaré al pendiente de cualquier cosa— dijo para volver a irse.
Esperamos un rato mirando a la puerta, por si se le daba por regresar y decir algo más, pero al ver que no volvía nos soltamos a reír.
— Tú novio realmente se preocupa por ti...— dijo la enfermera para buscar algo de la cajita que trajo, que no me había percatado.
