⭑ "Feliz cumpleaños, Granger"

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—Maldita sea Pansy —susurró acercándose para quitarla y colocarla en la ropa sucia.

Una vez estuvo todo acomodado, se quedó parada en medio del baño, con la mirada fija en el piso. Hace un tiempo, su amigo elfo, Amadeus, había logrado aparecer con éxito en su habitación, así que, ¿por qué no podría repetirse de nuevo? No es como si estuviera rompiendo alguna regla de Hogwarts.

En ningún lugar decía que nadie debe traer a sus elfos domésticos. Pero, incluso si lo hiciera, ella sería una de esos tantos alumnos que les gusta romper las reglas.

Tomó un largo suspiró, concentrando su lanzó mágico con Winky, que las mantenía unidas por el resto de sus vidas.

—Bien, aquí vamos...—murmuró.—¡Winky!

Tan pronto pronunció su nombre, un sonido de aparición se hizo escuchar en el baño, pero no exactamente donde Amelie imagino.

—La ama a llamado a Winky... —balbuceó la elfina desde una estantería alta, que estaba a lado de la puerta, donde en ocasiones Amelie colocaba su ropa.

Era bastante evidente el miedo a las alturas que Winky tenía, sin embargo, no se bajó de su lugar hasta hacerle una reverencia.

—No es necesario, Winky —se acercó hasta sujetarla con cuidado y bajarla del lugar. —No necesitas hacer una reverencia.

La elfina se paró con torpeza en la pequeña alfombra, observando a la joven con sus grandes ojos brillantes. Quizás, se conocían desde hace un mes, pero Winky nunca noto a una persona tan maravillosa, como lo es Amelie.

—Winky respeta a su ama —pronunció más calmada.

—Se que lo haces, créeme, lo apreció —se agachó a su altura para darle suaves palmadas en la cabeza con afecto.—Pero también somos amigas. Y no me gusta que mis amigas me hagan reverencias.

—¿Winky, amiga de la señorita Amelie? —balbuceó con un puchero de llanto.

Mierda.

Amelie se asustó, pensando en que Cristina se despertaría con el sonido del llanto. Lo menos que necesitaba ahora, eran un montón de preguntas al respecto.

—¡Si, somos amigas! —declaró con firmeza.—¡Pero, por favor no llores!

La sujeto de los hombros para tranquilizarla, lo cual pareció funcionar.

Después de jadear un par de veces por aire, Winky por fin se aplacó, aunque, parecía que se echaría a llorar si escuchaba de nuevo la palabra "amiga". Por eso, Amelie no la volvió a pronunciar, creyendo que era demasiado pronto para tratar de cambiar los pensamientos primitivos de la elfina.

La pequeña criatura de corazón puro, creció en un ambiente tan hostil, que aún tenía la sensación de que si hacía algo malo, sería castigada.

Eso estaba muy lejos de la realidad.

—Escúchame, necesito que me hagas un favor, ¿puedes?—pronunció, observando la forma en que su elfina tragaba saliva nerviosa.

—Winky hará lo que sea por su ama.

—¿Cualquier cosa? —insistió, solo para estar segura.

"WONDERWALL; Hermione Granger"Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt