ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 32

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Deseo.

𓏲 ๋࣭ ࣪ ˖ ⋆ ࣪. ˖ ࣪⭑ ˖ ࣪ ٬ ุ๋ ⸱

Aedion.

Entro por la puerta de la mansión y cuelgo mi chaqueta junto a la puerta. Vine por unos planos, después de ir a Vladik no tengo tiempo de regresar a casa y tengo unas cosas que hacer por la noche antes de verme con Angeline.

—Señor...—la voz de la ama de llaves me habla cuando estoy apunto de subir las escaleras—. Tiene visitas —noto fastidio en su expresión—. Natalie lo está esperando arriba.

Siento como si me hubiera compartido parte de su irritación y subo las escaleras con molestia.

Angeline me pidió que hablara con ella y aunque eso se me haga irrelevante voy a tener que hacerlo, de lo contrario no se quedará tranquila.

Natalie es un tema que en estos momentos no me gustaría lidiar, siento que de entre todos los problemas qué hay que resolver ella no es uno de ellos.

Suficiente tengo con mis pensamientos, los cuales no dejan de recordar a Angeline sonrojada mientras tenía a Damien en llamada. Con solo escuchar su conversación y oír lo que ella le dijo sobre lo que haría esta noche me dieron ganas de marcarle directamente a Damien y decirle lo que exactamente haría Ann; y no me refiero a decirle que dormiría conmigo.

Abro la puerta de la habitación y me encuentro a Natalie sentada en el sofá de la esquina. Tiene puesto un vestido negro entallado y demasiado corto, tanto que desde aquí puedo ver sus bragas.

Algo que nunca notó (o eso creo) es que nunca tuve una erección por ella. Si follábamos tenía que mentalizarme antes, recordar algún momento con Angeline que me pusiera realmente caliente, solo así podía follármela.

Natalie no es fea pero como ya he dicho muchas veces; ella no es mi tipo. De hecho, creo que ya no tengo ningún tipo, sólo me gusta la pelinegra caprichosa que está en mi cabeza todo el tiempo.

—¿Donde estabas?

Su pregunta me hace querer reír pero por mero cinismo, sin embargo no lo hago y camino hacia uno de los muebles que está en la habitación; tomo la botella de whisky y me sirvo en un vaso.

—¿Que te hace pensar que tengo que decirte lo que hago? —inquiero, dando el primer trago—. Ni siquiera se porque estás aquí.

—¿Vas a tratarme así? vine para arreglar las cosas —comienza a decir—. Lo qué pasó ayer...

—Lo qué pasó ayer fue algo que debí hacer hace mucho tiempo.

—Tu y yo tenemos algo fuerte, algo como lo qué pasó ayer no puede romperlo.

—¿Ah, si?

—Si —se pone de pie y se acerca—. En el fondo tú me quieres, eso lo sé, simplemente te da miedo reconocerlo porque tienes problemas para aceptar el amor.

Eso si me saca una sonrisa.

¿La quiero? No, ahora se que no es así. Confundí el aprecio con lastima y me di cuenta cuando comencé a sentir la indiferencia de Ann.

Es lastima hacia Natalie porque busco refugio en alguien que desde un principio le dejo claro que no quería nada serio. Lastima de que no tiene quien la ayude cuando las cosas se ponen difíciles, entre otras cosas que me mantenían ocupado cuando me entraban recuerdos de Angeline.

—¿Recuerdas el verano de hace dos años? —le pregunto—. Me preguntaste si alguna vez me había enamorado —noto como se pone tensa—. Recuerdo que no te respondí y eso automáticamente te lo tomaste como una respuesta. Nunca quisiste indagar más sobre ese tema, creo que era porque tenías miedo pero... creo que a pesar de todo fue lo mejor para ti.

FATAL. #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora