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mi cabeza estaba por completo sumergida en el portugues mientras terminaba de guardar algunas cosas en la pequeña valija que había llevado a portugal, no sabía como estaba logrando guardar todo correctamente porque ni me preocupaba en doblar la ropa.
joao me tenía realmente mal.
dos golpes en la puerta me alertaron, al instante pensé que era él quien me venía a ver, tal como dijo en el pasillo del estadio, pero al abrir la puerta me encontre en su lugar a pablo.
— oye que si quieres me puedo ir, no hacía falta esa cara de disgusto — me dijo el español una vez conectamos miradas, se ve que no pude disimular para nada como me estaba sintiendo
— no gordo, pasa ¿cómo estas? — quería evitar con todas mis fuerzas tratarlo suavemente pero considerando que era su primera lesión tan fuerte se me era imposible no hacerlo, él no merecía nada de lo que le estaba pasando
pablo ingresó a paso lento, siendo para él lo más rápido que le permitían sus muletas.
— se siente extraño estar de este lado pero supongo que me tendré que acostumbrar, después de todo me quedan varios meses fuera del campo — me respondió sentandose en el borde de la cama, se le notaba en la voz lo triste que estaba por no poder estar jugando
el equipo lo extrañaba tanto como él a ellos, su faltaba se comenzaba a notar.
— yo se que ahora parece que una tortura, y seguro que para vos lo es, pero vas a ver que el tiempo va a avanzar rapidísimo y con una buena recuperación vas a estar volviendo a jugar cuando menos te lo esperes
— ¿tú crees? — preguntó dudoso, en ese momento me di cuenta que él lo que buscaba era contención, algun consejo, no que lo trataran con pena como algunos lo hacían, como yo lo había hecho apenas lo vi en la puerta
— si, de verdad te lo digo. vos mentalizate en volver que el resto se va a dar solo — respondí acercandome para abrazarlo, no dijimos nada más por unos segundos, si él me necesitaba ahí para sentirse mejor yo iba a estar
pablo era uno de los pocos amigos que tenía en el club, si bien me llevaba bien con todos, a muy pocos consideraba cercanos en mi circulo personal.
— ya que estoy aqui ¿por qué no me cuentas lo que sucede con joao? — me preguntó una vez no separamos del abrazo, me puse un poco nerviosa al instante
no quería admitir que me gustaba cuando él estaba en una relación pública, cuando todos conocían a su pareja.
— ¿qué va a pasar? somos amigos como vos y yo — respondí haciéndome por completo la boluda
pablo soltó una leve risa y negó con la cabeza, por lo menos mi situación había logrado sacarle una sonrisa.
— tu no me miras de la forma en la que lo miras a él y yo no te miro de la forma en que él lo hace
— no lo miró ni me mira de ninguna forma
me pare de su lado para continuar guardando las cosas, buscando por completo la evasión del tema y evitando mirarlo a los ojos, no iba a poder mentirle si lo hacía.
— ¿por qué te empeñas en negarlo? es evidente lo que sucede entre ambos ¿sabes?
suspiré mientras me dirigía hacía el baño para tomar algunas cosas que había llevado para mi rutina, me sentía en una sesión de psicología y no me gustaba para nada, para eso la tenía a mi psicóloga en españa.
— no niego nada pablo, soy sincera, no pasa nada entre nosotros, joao tiene novia y yo estoy muy bien sola
mentiras, una tras otra.
— ¿y si no tuviera novia?
— uy como estas con las preguntas hoy — dije una vez más evitando responder su pregunta, aunque debí asumir que no iba a soltar el tema tan rápido.
— seguís sin responderme — volvió a decir siguiendo con la mirada todos mis movimientos, deje algunos productos sobre la cama rendida y me giré para observarlo, una sonrisa se le formó en el rostro
— probablemente si no tuviera novia hubiera pasado algo pero esa no es la realidad — dije finalmente exponiendo un poco de lo que sucedia, de cómo me sentía
la sonrisa de pablo incluso pareció ensancharse, en otro momento me hubiera reido pero la situación no lo ameritaba.
— es que lo sabía, en breve terminan juntos que yo lo se — respondió sintiendose orgulloso de si mismo
no pude volver a replicar porque unos golpes en la puerta llamaron mi atención, a menos que alguien más quisiera algo se trataba del portugués, esta situación le iba a alimentar más mas ilusiones a pablo.
abri la puerta sintiendome esta vez alegre, joao estaba del otro lado con el pelo mojado y un conjunto del barcelona que realmente le quedaba hermoso.
— hablando del rey de roma, los dejo solos — murmuró pablo para luego tomar sus muletas y salir de la habitación, dejandonos a los dos solos con nuestros sentimientos
— ¿estaban hablando de mi? — preguntó joao con una sonrisa y yo no pude evitar sonrojarme
con lo loca que me tenía si fuera por mi le hablaba a todo el mundo de él.
