❥︎Parte 3

518 112 20
                                    

Una de las cosas favoritas de Jimin, y Yoongi por supuesto, de haberse mudado juntos era el despertar todos los días pegados uno del otro. Abrir los ojos y lo primero que en enfoquen sus ojos sea el precioso rostro de Yoongi se había convertido en su actividad favorita de diario.

Yoongi solía darse la vuelta de madrugada y darle la espalda, él, al tener el sueño tan ligero, simplemente se daba la vuelta con él y lo abrazaba por detrás, pegando la nariz a su cuello y cayendo automáticamente dormido. Otras veces enredaban sus piernas estando de frente y se besaban hasta que el sueño se los permitiera y, la mayoría de veces, él era la cucharita pequeña.

Ser arropado por el cuerpo de su menor en su sueño hacía la hora de dormir un fantasía. Se emocionaba por ello tanto como lo hacía por una de sus citas. Al menos los días que sí dormían juntos y no solo llegaban a verse en el desayuno.

Ese día pareció ser uno de esos; a pesar de estar los dos acostados en la cama, la distancia entre ellos era abismal y aunque Jimin quiso negarlo toda la noche, incluso lo abrazó tratando de recibir el mismo afecto, Yoongi simplemente no se dio la vuelta en toda la noche.

Y al despertar, como nunca había pasado, el espacio a su lado estaba vacío, pero no frío, el pelinegro no hacía mucho que se despertó, supuso, pero no estaba ahí. Esta vez no lo había esperado para entrar juntos a la ducha o para bajar a hacer el desayuno.

Jimin casi llora nada más abrir los ojos y notar aquello. Pero se aguantó en cuanto escuchó movimiento en el piso de abajo, el alfa seguía allí y a pesar de que estaba su olor sumamente presente, no podía afirmar su presencia por eso; Yoongi estaba muy cerca de su celo y su aroma cubría hasta el propio prácticamente por completo.

Estaba por todos lados y no podría quejarse de ello jamás. Era excitante y tranquilizante a la vez, era caliente y cálido, brusco y suave. Todo su cuerpo se rendía a él e instintivamente, empezó a sentir calor por todos lados.

Pero no era solo suyo.

Saltó de la cama y no escatimó en ponerse siquiera algún calzado antes de salir de la habitación bajar camino a la cocina. Ahí lo llevaba el latido de su corazón y allí encontró a la razón por la que latía.

—Buenos días.—Dijo nada más cruzó la puerta y sonrió, cuando Yoongi a penas levantó la mirada para verlo.

—Buenos días.—Respondió, sin una sonrisa, simplemente ponía algunos panes y queso sobre la mesa.—No te les he puesto mantequilla y el café no lleva azúcar, ya le pondrás lo que quieras.

—Sí.—Iba a tomar asiento cuando el menor puso por fin la taza con contenido oscuro frente a él, pero vio que el otro no lo hacía.—¿No vas a desayunar?

Entonces se dio cuenta de que el alfa tenía puesto un pantalón de traje, ni siquiera llevaba camisa, esta estaba doblada en la silla de en frente junto a la chaqueta del traje.

—Voy a desayunar en la oficina, tengo cosas que hacer.—Dijo rápidamente, pretendía alejarse, pero el omega lo tomó de la mano.

—Nunca desayunas en el trabajo.

—Sí lo hago, lo que pasa es que me quedo aquí cuando estás en la mañana.—Respondió, viendo su mano siendo apretada por la del omega.

—Estoy aquí, ¿Por qué no te quedas?

—Te lo he dicho, tengo cosas que hacer.—Trato de quitar la mano, pero por supuesto Jimin no lo dejó, se impulsó de ella incluso para levantarse y posarse frente a su alfa.

—Sé que tienes trabajo, siempre- mírame—Lo tomó por las mejillas y lo hizo verlo a los ojos.—siempre tienes trabajo, aún así te quedas conmigo.

Be My Alfa| ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ| OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora