we are jaune ❀ yeongyu

❀: 33

ㅡNo lo sé Beomgyu. Tae aún es un niño tímido y le cuesta un poco acercarse a las personas y en especial a las que no conoce, tal vez no deba empezar ahora, quizás hasta que sus sesiones con la psicologa terminen.

ㅡOh Jun, quiero que esta decisión sea de ambos, nuestro gatito está creciendo y sería increíble verlo hacer amigos ahora que ya no se verá con Soobinnie, él merece crecer y explorar.

ㅡPodríamos conseguir un tutor temporalㅡ Quiso sugerir, diciéndolo en voz baja para que Beomgyu no lo escuchara.

Pero Beomgyu lo escuchó perfectamente y no estaba de acuerdo ㅡ¡No! Nada de eso, no quiero que reciba sus clases en esta sala y vea a los otros niños siendo felicesㅡ Mordiéndose la lengua para evitar decir algo más continuó ㅡQuiero que él lo viva, que experimente y conozca todo a su alrededor.

Tras un gran suspiro se dejó caer en el sillón, reposando su cabeza en los muslos de su esposo ㅡ¿Ya hablaste con él?

Beomgyu asintió contento ㅡÉl vió vídeos donde van a la escuela y aprenden, el dijo que quería ir también.

Tomando el iPad de su esposo volvió a leer la información del establecimiento, más detalladamente pero no encontró nada malo, el lugar en sí era agradable y tenía buena seguridad.

Después de quince minutos charlando llegaron a una decisión final.

Choi Taehyun empezaría su ciclo escolar esa primavera.

Oh, era un día que veían muy lejano, tan lejano como la luna pero sin embargo había llegado.

ㅡ¿Qué mochila te gusta más? Puedes llevar la que quieras.

El azabache veía todas las mochilas que estaban frente a él pero una en especial llamó su atención y entonces la señaló, sonriendo hacia sus padres que miraron hacia arriba para ver una enorme mochila al estilo militar, como para salir de viaje.

ㅡEsa es mi favorita.

ㅡEsa es muy grande para ti gatito, no puedes llevarla, escoge una pequeña.

Con sus labios abultados volvió a observar las pequeñas mochilas que tenía que usar para su edad y tamaño, él pensaba que dentro de ellas no iba a poder meter todo lo que llevaría al jardín ¿cómo metería su cama en esa cosita?

Era imposible.

Después de un gran, gran rato de elegir entre una de unicornio y otra de pororo, se llevó una de dinosaurio con muchas bolsas, también eligió una lonchera para su comida la cual tenía una ilustración de conejos, le recordaban a Soobin y quería llevarlo con él al jardín.

ㅡ¿Qué hace falta por llevar Beomgyu?

El peligris revisó la lista, dándose cuenta de que ya tenían prácticamente todo.

ㅡPodemos irnos.

Tae extendió sus brazos y comenzó a dar varias vueltas como un trompo recién lanzado, Beomgyu lo detuvo antes de que chocara con una niña y a pasos temblorosos se dirigieron a pagar.

ㅡHace mucho calor hoy y sería bueno pasar a una heladería ¿no crees, cielo?

ㅡHay una cerca de aquí que tiene una especie de promoción por el ciclo escolar, si llegamos con Tae tal vez la obtengamos.

Beomgyu asintió contento chocando sus cinco con el menor que saltaba alegre, se dirigieron al auto y condujeron hasta llegar al local con temática de unicornios, para su sorpresa se encontraron a Huening Kai y Jaeyun riendo en una mesa. Los saludaron brevemente pero no se quedaron con ellos.

ㅡPapá JunJun ¿cuando iré a pescar con el tío Jake?

ㅡUh, no lo sé Tae pero esperemos que pronto mejor acompáñame a pedir los helados.

El pequeño azabache se bajó de su silla y caminó junto al pálido una vez pensaron en lo que pedirían, Beomgyu se dedicó a observar todo su alrededor y notó a sus amigos del otro lado, donde Kai presumía adrede el anillo de su mano izquierda.

De pronto un globo apareció frente a él y tenía la forma de un corazón.

ㅡMe dieron un goblo con mi helado.

ㅡ¿Y la promoción?ㅡ Preguntó al ver al menor sentarse nuevamente para disfrutar de su gran copa.

ㅡUna lonchera plásticaㅡ Dijo, mostrando la lonchera de unicornio que se veía de muy mala calidad, seguro el menor solo jugaría con ella.

ㅡPrueba papá Bomi, está muy rico.

Beomgyu se acercó para recibir la cucharada que le estaban dando, una pequeñita y sí, el helado estaba delicioso, después de eso Tae le pidió del suyo pero exigió que le diera de la cuchara grande.

Tramposo.

Entre helados y una visita al parque terminaron en su apartamento con un pequeño azabache exhausto que durmió hasta las nueve de la mañana del siguiente día, desayunando y pasando el día antes de comenzar una nueva etapa.