we are jaune ❀ yeongyu

❀: 14

Suspira un recuerdo.

Al llegar a casa Beomgyu se encontró a las dos personas que se habían adueñado de su corazón, ambos estaban en el suelo con varias hojas y crayones, podía observar como Yeonjun sostenía la pequeña mano de Tae para guiarlo en los trazos, enseñándole así a dibujar o escribir tal vez, el pequeño azabache se veía concentrado en su actividad con su ceño fruncido y sus labios entreabiertos que formaban sonrisas cuando el pálido lo felicitaba. Beomgyu no podía agradecer más, presenciar la parte paternal de Yeonjun sin duda era una memoria bañada en oro que guardaría toda su vida, se veían como un enorme felino cuidando de un pequeño gatito que apenas descubría la pradera.

ㅡCariño, estás en casaㅡ Cuando se sentó junto a ellos el mayor notó su presencia, recibiendo un beso en su mejilla, llamando la atención del menor que dejó sus actividades.

ㅡ¡Bomi!ㅡ En poco tiempo los brazos del menor tenían aprisionado a Beomgyu que por poco y caía al suelo, Tae pasaba su nariz en su mejilla, demostrándole con ese pequeño acto su cariño ㅡYa estás con Tae.

ㅡHola bonito, por supuesto que ahora estoy con Tae para llenarlo de abrazos porque lo extrañe mucho ¿tú me extrañaste?

Rápidamente el azabache asintió con un mohín ㅡMucho mucho, cuando Tae despertaba no vio a Bomi.

ㅡPero tenías a JunJun, él te dio comida deliciosa, juegos divertidos, y abrazos.

ㅡSí peroㅡ Sus grandes ojos se cubrieron con su flequillo al inclinar su rostro, su mirada entonces viajó a ambos adultos ㅡTae quería a los dos.

Al soltar esas palabras Beomgyu lo abrazó con más fuerza sin lastimarlo, besando su coronilla, Yeonjun por otro lado sentía una gran felicidad y por ello soltó una risa que llamó la atención de los dos menores, logrando ser jalado para formar parte del abrazo. Tae estaba al medio recibiendo la calidez de ambos, recordando que era similar a cuando después de caminar al medio día bajo el sol, encontraba la sombra de un árbol para apoyarse en el.

En poco tiempo el menor había descubierto muchas cosas, estaba aprendiendo sobre algunos sentimientos y emociones, estar con las personas que lo rodeaban lo hacían sentir seguro y en alto sobre cualquier dolor, sus pies por ejemplo ya no dolían, tampoco su espalda al dormir o su estómago, había dejado de contraerse durante días.

ㅡNosotros también te queremos, haremos lo posible para que siempre estemos juntos.

ㅡ¡Bien! Haremos la cena, ¿me quieres ayudar Tae?

ㅡ¡Sí sí!

ㅡVamos entonces, cuando tomes un baño y estés listo podrás venir a la mesa,  seguramente nosotros te vamos a sorprender.

Entrecerrando los ojos el peligris se puso  de pie, dudando por las sonrisas cómplices de ambos pálidos. ㅡVoy a confiar en ustedes, permiso.

Un enorme mandil de bananas cubría el torso del pequeño Tae, estaba doblado para que tuviera el tamaño adecuado, él estaba sobre un pequeño banco haciendo lo que Yeonjun le indicaba, nada que fuera peligroso como lavar los vegetales, destapar bolsas y usar sus dedos índice y pulgar para esparcir sal y pimienta.

ㅡPrueba esto Taeㅡ Tomando una cucharita se la acercó al menor.

ㅡBuena sopaㅡ Dijo al probar la salsa que preparó él mismo.

ㅡMuy buena, podrías hasta cocinar mejor que yo en un futuro, ah, te estoy transmitiendo todos mis conocimientos y mis poderes gastronómicos.

El menor sonrió orgulloso. Por supuesto que él sería un super chef como Yeonjun en el futuro, pero no tan genial como el mayor.