ㅡ¡Uno, dos y tres!ㅡ Contó entusiasmado antes de aventar con fuerza al conejito, al instante el hilo se reventó logrando absolutamente nada para su mala suerte. ㅡ¡No, Cooky!

ㅡDeberiamos llevarlo otra vez con el dentista y que él se lo quite, así le da un ratoncito de recuerdo.

ㅡ¿Y un globo inflado con ojitos?ㅡ Preguntó Yeonjun con diversión.

Beomgyu dejó de apoyarse en el umbral de la habitación de Tae, caminando en dirección a la cocina para terminar de servir la comida.

ㅡYo nunca tuve de esos pero creo que son divertidos, tal vez le gusten ¿puedes llamarlo para ir a cenar? También recuerda lavarle las manos, estaba jugando con las macetas otra vez.

Viendo a su esposo irse de la habitación, tocó un par de veces la puerta para que el menor se diera cuenta de su presencia. Tae volteó a verlo con una expresión molesta.

ㅡA veces las cosas no salen como lo planeas y está bien, siempre puedes intentarlo otra vez.

Pero Tae no quería intentarlo otra vez, ya lo había hecho todo el día y no habían resultados por lo que pataleo todos los juguetes que tenía cerca de él, estaba enojado y cansado. Yeonjun dejó que lo hiciera, que descargara sus emociones en los inocentes peluches que terminaban en diferentes lugares de la habitación.

El azabache soltó un suspiro por último cruzando sus brazos y yendo con el rubio, quien lo recibió en sus brazos para terminar de calmarlo.

ㅡEstá bien Tae, seamos pacientes como las oruguitas.

ㅡLas oruguitas se transforman en mariposas ¿verdad?

ㅡEn preciosas mariposas que vuelan alrededor de niños que juegan con tierra ¡Mira esas manos Taehyunnie!

Con una sonrisa el pequeño llevó detrás suyo sus manos, intentando ocultar la evidente suciedad que no había podido quitar del todo con los trapos de limpiar.

ㅡVamos a lavarnos porque papá Bomi nos está esperando en la mesa, hoy comeremos deliciosos fideos.

ㅡ¡Muy bien! Tae es muy limpio, le gusta el jabón.

Sonriendo, Yeonjun comenzó a caminar esquivando los peluches que habían en el suelo pero para mala suerte del menor, no vio un carrito pequeño que se atravesó sin cuidado en su camino y se cayó.

Su rostro impactando lamentablemente en el suelo, un sonido sordo que resonó en todo el apartamento, cuando ambos adultos se dirigieron a donde se había escuchado se encontraron con una imagen que les causó confusión.

ㅡ¡Se cayó mi dente y vendrá el hada de los dentes!

La mandíbula de Yeonjun cayó al suelo y Beomgyu realmente intentaba con todas sus fuerzas no reírse, no había razón o motivo de gracia pero no sabía de qué manera reaccionar.

Ahora ambos tenían un importante trabajo que realizar.

Ahora ambos tenían un importante trabajo que realizar

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