we are jaune ❀ yeongyu

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Habían pasado al menos tres semanas desde que se habían visto, no podían ser constantes como querían pero aún así lograban conformarse, por ello cuando vieron al pequeño correr emocionado hacia ellos con sus brazos extendidos, sintieron que esas tres semanas habían sido años; el cabello de Tae era más largo y tapaba sus cejas, sus dientes delanteros eran más grandes al no ser más de leche, haciendo de su sonrisa una muy similar a la de un conejito.

Seguía siendo su pequeño después de todo.

ㅡLos estañé mucho, muchoㅡ Dijo abrazando al peligris.

ㅡTambién te extrañamos, verte en casa, jugar y ver películas... me siento muy solo sin ti.

ㅡNo te sientas solito Bomiㅡ Sus manitas llenas de pintura fueron hasta las mejillas del más grande, riendo inocentemente cuando dejó marcadas sus palmas ㅡLo siento.

ㅡAh, yo también quiero Tae.ㅡ A su lado Yeonjun se había puesto de cuclillas, señalando su suéter blanco, justo a la altura de su pecho.

Tae asintió contento y presionó su mano hasta dejar una marca también.

Se tomaron un momento para hablar de todo lo que había hecho el menor en esas semanas, él comenzó a hablarles de lo que comía, de lo que jugaba y también de sus hyungs, hasta que llegó a la parte más importante.

Su amigo.

ㅡ¡JunJun! Tae tiene un amigo muy, muy especial.

Detrás de ellos se encontraba Soobin con sus manos detrás de su espalda, sus lentes caían sobre su nariz y su cabello estaba revuelto. Su primera reacción al ver tan feliz al menor fue la sorpresa porque él se esperaba a una pareja diferente; un hombre y una mujer, sus mayores ya le habían hablado sobre las familias diferentes y la diversidad en el amor pero conocerlo fuera de las palabras era algo que él estaba conociendo.

ㅡSe llama Soo.

Tímidamente el castañito se acercó a pasos lentos, haciendo una reverencia como se le había enseñado.

ㅡHola soy Soobin, es un gusto conocerlos.

ㅡHola Soobinnie, él es Beomgyu y yo soy Yeonjun, estamos muy felices de que seas amigo de nuestro Tae.

ㅡ¡No se preocupen Beomgyu y Yeonjun! Yo quiero muchísimo a Choi Tae porque es mi primer amigo, le prometí que no estaríamos solitos aquí la primera vez que llegó, desde entonces jugamos todos, todos los días y también jugamos juntos, yo lo cuido de los otros niños que no son amables y también mis hyungs pero yo soy más fuerte así que no se tienen que preocupar solo que tengo un cerebro chiquito y por eso no sé muchas cosas pero soy muy veloz. ㅡ Terminó diciendo, tomando mucho aire antes de sonreír en grande.

Ambos adultos se dieron una mirada divertida por lo poco que habían logrado entender del rápido hablar del pequeño, pero aún así respondieron con halagos y agradecimientos. Sentían un peso menos en su pecho al saber que su gatito tenía a alguien con quién compartir dentro de ese lugar, además de que podían notar que la personalidad de cada uno lograba congeniar perfectamente con el otro.

La visita se alargó de tres a cuatro horas en las que los menores se dedicaron a hablar y contar sus aventuras imaginarias, los adultos escuchaban atentamente sus historias y respondían cuando era necesario, después de eso les hacían preguntas para saber su estado y si necesitaban algo, pero todo parecía ir de maravilla con la excepción de que Tae quería irse rápido a casa.

Esto último provocando una muy pequeña grieta en los ánimos de Soobin que decidió irse antes para que Tae estuviera la última hora con los que él ahora sabía, eran sus papitos, los que amaban infinitamente a su mejor amigo.

ㅡSunghoon hyung, quiero ir al jardín por favor.

El mayor notó el decaimiento en el castañito y lo relacionó con la escena de su amigo con la pareja, no preguntó nada y lo llevó por los pasillos hasta el jardín.